Un cuento infaltil para antes de irse a dormir
Eran tres, cazadores de tórtolas y mariposas, vestían chaquetas amarillas, cubrían su cabeza con salacot blanco, sus bigotes apuntaban al cielo, adornaban sus rubias barbas con clavelinas, sus voces eran melodiosas, no sabían pescar.
Salían al alba por el camino del sur, acariciando las cabezas de los caballos, besando a las ninfas del bosque que solo ellos veían. Caminaban en un aro de música, con el viento del este, con la firme decisión de contener la vida entre los brazos abiertos, a su paso los ríos se abrían temblando. Recorrían los senderos regalando espejos a las muchachas en flor. Ellas se miraban y en sus rostros descubrían un nuevo país, pasaban las noches en sueños con rumores de luna en cuarto creciente.
Al crepúsculo regresaban cantando entre los álamos. Tañían laudes, tocaban acordeones y tamboriles. Escondidos tras los zarzales, los niños los admiraban, suspirando, riendo, imaginando amaneceres. Dormían en tiendas color barquillo, con lonas abiertas a las brisas de levante. Búhos, cernícalos y murciélagos volaban en círculos a su alrededor.
Fueron cinco, uno por cada pueblo de la comarca. Ni siquiera tuvieron que discutir el modo, inventarse un motivo, se citaron en el límite entre la envidia, la incomprensión y la ira.
Sin ruido, los perros no ladraron, no se alborotaron los mochuelos, los acuchillaron mientras dormían, quemaron sus cuerpos, las tiendas, los alguaciles miraron hacia otro lado.
Después llegó la niebla y todo fue como era.
4 comments :
A veces, como esta, es leerte y quedarme como sin aire, de todas las sensaciones enrebujadas q se me generan a la vez. Es como un fogonazo q te ciega de tanta condensación de ideas.Precioso !
¡María! , no me digas esas cosas que me enternezco y soy un tío duro (no me lo creo ni yo). Muchísimas gracias. Un beso lleno de cariño.
A veces, casi siempre, te leo y no tengo nada que decir porque tu texto ya lo dice todo, así que no puedo estar más de acuerdo con María.
Un abrazo.
Dorotea Hyde pues mira qué bien, qué alegría. Te lo agradezco muchísimo porque sinceramente soy un hombre agradecido. Y en esta temporada bastante feliz. Un abrazo.
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