Temo la noche.
Gateo en la memoria y no te encuentro.
Escarbo en tanto como dije y no sirve.
Recostado en el olvido sigo insomne.
Busco una Niniane que describa nueve círculos de pasos a mi alrededor, que
susurre nueve veces las palabras mágicas, que nueve veces me ame.
Al alba, en la playa, encuentro la huella de lo que fue, de aquello que causó
mi desgracia.
No encuentro los pasos previos, una sombra, la intuición de qué, quién la dejo,
se ha perdido el entonces.
Me acompaña el viento, nada más.
Ha llegado el crepúsculo, sigo solo.
¿Cómo llegué al destierro?
Temo la noche.
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