Lechuzas
Cantaba una lechuza mientras
acurrucado dormía sobre la hierba seca. Palpitaba el vaho de la tierra. Se
acercó una mujer imaginada. Sentí sus jadeos. Toqué su espalda tibia. Me
miró con ojos de niebla. En huellas transparentes se perdían sus
pisadas en el lodo. Traté de seguirla. Desapareció entre los chopos. Supe
que era una premonición. Desperté y solo
estaba el dolor.
2 comments :
y veo a Tina, Bruno y el señor jajaj y me pregunto como carajos puede tener la cabeza tan enroscada, peor que la portada del libro anterior!
Y el texto ...este texto...que bueno...sin dudas..
Traigase una premonicion bonita..
Besosssss Pedro que lleguen...ufff no se cuando, pero admirados
eli mendez Tina y Bruno están mejor educados que el señor del gorro (por cierto, muy práctico para que no se escapen las ideas)(y para el sol) que le tiran esa pelota amarilla y no va a cogerla. Si eso no fuese Bilbao y estuviesen los tres en alguna esquina perdida de DF (por ejemplo), coger la pelota sería un acto no muy educado (los perros son muy sensibles según para qué cosas) . Y, ya ves, aquí cada día, con lechuzas o con miedo, a veces, la vida sigue. Aplausos. Te beso con urgencia.
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