Pagar las deudas.
Entre tú y yo el amor estaba en vilo, no
había mapas ni código de banderas, planos de las calles prohibidas, manuales de
sombras caducadas.
Al
parecer empieza una nueva era, te ruego me avises si estás sentada en el centro
de un círculo de tiza, con velas encendidas y señales de advertencia, con tus
nalgas de nácar posadas sobre el azahar, con un cartel de vetado el paso, deja
de decir eso de “vete, tío”, estoy en un limbo en el que no sé si voy o si
vengo.
Para
colmo, todos los autobuses pasan llenos y he venido sin chaqueta.
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