Parker se duerme en los laureles
Parker
se ha dormido en la incomprensión y en los laureles, digo, él lo dice. No es culpa
tuya, ni suya, ni siquiera mía, que solo lo cuento. Este es el esbozo de un
retrato ahora que el día está oscuro, que llueve tanto y los peces se marean con el oleaje y el mar de fondo, los telediarios insistiendo en el frío y la nieve y a pesar de la
distancia, como una huella de nostalgia en el barro de su otro yo, entre la náusea
y la asfixia, está la mirada de tentación hacia el cuerpo de aquella mujer que
no sabe si amó o deseó.
Los
arcángeles abren y cierran ventanas, balcones, párpados, el corazón como una
música sin compás, es sábado, Parker aún está dormido.
Este
hombre…¿Dónde estaría anoche?, ¿con quién?
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