Parker, Agamenón y su porquero.
Sobre
lo de ayer, lo de la partícula de Higgs, tengo algo que añadir.
¿Qué
tiene que ver todo eso conmigo?
La
respuesta es sencilla: todo.
Con
un nombre o con otro no es eso lo importante, ni siquiera es importante lo que
cuenta Parker o yo, lo que cuentan otros, lo importante es contarlo.
La verdad es la verdad, la diga
Agamenón o su porquero.
Agamenón. – Conforme.
Su porquero. – No me convence.
(del Juan de Mairena de Antonio
Machado)
Lo
importante es la verdad, por eso Parker y yo utilizamos un mecanismo profundo
del funcionamiento de la naturaleza a su escala más elemental, como el campo de
Higgs que propuso otro Peter (Higgs, claro). Es decir el amor, el dolor, lo
cotidiano, la esperanza, las relaciones entre iguales, las desigualdades, la
naturaleza, los inventos, el paisaje, qué comer, qué beber, qué coño pasa en el
mundo que estamos tan de los nervios, lo blanco y lo negro, lo descolorido, el
sexo y su práctica, su no práctica, lo práctico de practicarlo, las emociones,
las sensaciones, lo irregular, la partícula del miedo, el odio, lo que se puede
decir, lo que todos dicen, la resurrección de la carne, la vida eterna, amén.
Hay
que estar atento, lo diferente, lo Higgs de mis textos brilla a veces,
brevemente, se crea a partir de la colisión entre lo dicho y lo entendido, o
sentido, o intuido. En resumen, permíteme la confianza, tú, el Gran Colisionador de Hadrones (Large
Hadron Collider, o LHC).
Además
del tiempo y esfuerzo que llevo invertido en esta página, espero no tener que
gastarme lo de la multa de esos tíos de Apple. Agur.
0 comments :
Publicar un comentario