Despertar.
Despierto, descubro una mujer desnuda en mi cama y las cortinas se abren al amor de la mañana. Ella me dice que lleva ahí varios años, tumbada, esperándome, con las caricias detenidas, con la dulzura embalsada, con los besos a punto de florecer. Amo a esa mujer. La amo desde siempre y hasta el final del horizonte. Me levanto y mi cabeza golpea contra el armario donde guardaba la impaciencia. Vuelvo a despertar.
Marte y Venus, dios de la guerra y diosa del amor y padres de Cupido, dios del deseo amoroso. Pintura de Louis Jean François Lagrenée.
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