Parker en la pérgola.
Llueve y llueve, aquí hay hojas secas pero no olvido.
A lo lejos alguien grita que el otoño llega.
Con cuidado, Parker deja su vida sobre una piedra y cruza el puente para verla desde el otro lado del río.
Por el cauce bajan presagios y luces.
Se sienta y acaricia el musgo de la memoria. Apenas distingue el tiempo de antes, los pensamientos de ayer, los momentos que pasaron.
Llega un pastor arreando a las sedientas vacas del atardecer.
Quedó el amor desparramado entre guijarros, lo recorren insectos que suben por los muslos de la añoranza.
En el bosque cantan alondras que no puede ver.
Desde este lado apenas puede distinguir la otra orilla, allí donde está su vida, tiritando, sola. ¿Eso ha vivido?, ¿ese es?
-Piensa, Parker, piensa, reflexiona, ese eres tú.-dice una voz.
Cae la noche, sigue lloviendo.
2 comments :
Que forma más bonita de escritura.
Muchas gracias, Encarna C, es Parker que me lleva.
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