Plank y el pesimismo, eso mismo.
Planck en 1933
«La verdad no triunfa jamás, pero sus adversarios acaban por morir», decía Plank.
Entre
la búsqueda de estilo y el estilo mismo hay un camino de tiempo trabajado, sin
más. Hay quién lo busca y hay quién se pierde, hay quién está instalado sin
saberlo y hay quién no sabe lo que tiene en su mano derecha -una libélula
muerta, un cardo, un corazón de abubilla, un recuerdo apelmazado-.
Un avión me espera con alas temblorosas y París es un lugar con una torre de hierro entre nubes con signos de interrogación y cigüeñas despistadas. Quizás un día me equivoque de destino y aterrice en una tierra que me haga olvidar quién soy, o quién era, o espejos que ocupen toda la pared de no ver, de golpes contra los barrotes de la realidad y miedo. Pesimismo, eso mismo.
Un avión me espera con alas temblorosas y París es un lugar con una torre de hierro entre nubes con signos de interrogación y cigüeñas despistadas. Quizás un día me equivoque de destino y aterrice en una tierra que me haga olvidar quién soy, o quién era, o espejos que ocupen toda la pared de no ver, de golpes contra los barrotes de la realidad y miedo. Pesimismo, eso mismo.
2 comments :
Mal asunto. El pesimismo. Jamás se le debe abrir ni una rendija.
Ning Jie, tengo todas mis puertas tapiadas.
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