Destierro
Uno, un día –ay- vuelve al camino que dejó y al pisarlo, al instante, sabe que está acabado, desterrado, lejos de todo aún en casa, sin remedio, sin vuelta, sin posibilidad de paraísos, sin suspiros ni miércoles, con la puerta cerrada, añorando lo extraordinario, lo imposible, la aparición de un dios que no existía, ese otro que eras tú, tú mismo -tal fue el milagro-, nacer otra vez, en otro mundo.
No hay nada que hacer, es lo que queda.
2 comments :
En estos casos lo mejor, hacerse budista (y confiar en no reencarnarse en un escarabajo)
Ning Jie, llega tarde tu consejo, hace tiempo que soy un escarabajo.
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