Ahora, voy.
Ha bajado la temperatura en los pezones de
la mujer de piedra, las alfombras están mudas.
Cada gota de lluvia es de un color
diferente, me impregnan cuando me revuelco entre las flores con rocío y
alfabetos, entre las ortigas del último beso.
Estoy clavado en la cruz de la despedida a
los jadeos desnudos, cuando nos escondíamos bajo paraguas en la isla del tamaño
de apenas un armario. Allí éramos náufragos, humo, amantes, nada.
Sin embargo voy y vengo.
Ahora,
voy.
Mónica Cook
2 comments :
Buen viaje por esa isla de rocas y cefalópodos.
Ning Jie, acabo de llegar a Ítaca, estoy desembarcando, luego te llamo si eso.
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