Predicción de otoño
Que dicen que viene el otoño pero hoy, todavía, sales a la calle
y se fríen los gorriones del júbilo, la Gran Vía está llena de señores con
corbata y jubilados despechugados, señoras (aparentemente) despreocupadas y
señoritas como magnolias, que vas con tu periódico bajo el brazo y las gentes
se hablan a voces que tal parece que sean sordos o se insultan desde los
coches, tocan la bocina, se sacan mocos en los semáforos, una delicia de ciudad
con sus obras, asfalto levantado y músicos en las esquinas, bajo las cornisas,
congelados, que mi Conchi quiere estudiar violín y le corto los dedos, que me
la imagino ahí, con su casete de respaldo orquestal y rascando las cuerdas y
luego veo una foto de Anne Sophie Mutter y el contraste me puede, me aturde, me disturba
como cuando me cruzo con SSS que era mi reina erótica y ahora es una señora
con bastón a la que ayudo a cruzar la calle no se la vayan a llevar los coches
por delante, que circulan como locos, tanto que no puedo atraparlos cuando
corro por el campo de Volantín, que está lleno de turistas con viseras de béisbol
y chaquetas de colores, con sus planos extendidos, jo, que dan ganas de
decirles que aquí andas dos manzanas y te has salido de la ciudad, que el
autobús panorámico no tiene ni tiempo, ni distancia para el panorama, que pasas
por según qué calles y te han robado hasta el flequillo, un suponer, que abres
el periódico y tienes cuatro páginas de contactos con tacto, señorita de
grandes pechos necesita niño crecido, soy zorrita viciosa, ven, soy Caperucita
¿quiere ser mi lobo?, folla bien y mira
con quién, que debe ser un negocio con muchos clientes, que algo falla que no
follan con quién quieren o que solo follan con quien pueden (y pagan) o por
ejemplo que “pones” la radio y suena ...cualquiera, un grupo, un solista,
cuatro notas, va, lo escuchas, puede que hasta te guste, ahora “pones” a Bach y
no entiendes nada, demasiadas notas, y mezcladas o, por ejemplo, que entras a
un museo y miras los cuadros, si hay una vaca pintada ves una vaca pintada, en
el Guggenheim si hay una mancha ves una mancha, es que no
entiendo de pintura moderna, de qué leches entiendes tú, tío, que te comes un
huevo frito con patatas y te sabe a gloria, que pagas 36 € por un Carpaccio de
cigalas y vinagreta de bacón y ¿qué quieres que te diga? que la nueva cocina no me va,
demasiado sofisticado y yo mismo, que para no escribir sobre lo que
escribo de cuando escribía dejo estos post que algunos dicen que no se
entienden y con los que me ahorro una pasta en confidencias a señoritas de
clubs nocturnos, a confesores modernos con sotanas a rayas o terapeutas
desocupados a tiempo parcial. Os quiero, guapos (a ti no, fea).
2 comments :
Es que tampoco entiendo de pintura moderna. Por cierto, este parece un cuadro costumbristas (moderno) aunque no tanto. Y qué más? Que me encanta (usted) también el cuadro. Que están pintando mi casa y mejor voy a echar un vistazo a ver cómo ha secado la pintura (acechar que le dicen). Besos, Pedro.
Libélula añorada, que entender, entender, yo tampoco entiendo de casi nada. Pero siento. Veo una pintura moderna o clásica o un garabato en la pared y me gusta o no me gusta, lo siento o no lo siento. Usted, bella dama, no solo me encanta, es como lo de la princesa, estoy encantadísimo (con usted, aunque sea tan reacia a contestar, a comentar, a decir, a hablar). Tenemos una (al menos) conversación pendiente (no sé si podremos realizarla en persona o por carta, muro o paloma mensajera). Controle la pintura, aceche. Aquí quedo, encantado, gracias por venir.
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