Carta del amante sorprendido.
Y fue entonces – agosto prescribía
en el pueblo remoto
de todos los veranos de la infancia-
cuando la nube puso
desolación al aire y vino
la primera tormenta a visitarnos
hasta llenarnos con su olor
a distancia y olvido.
(Manuel Rico.)
en el pueblo remoto
de todos los veranos de la infancia-
cuando la nube puso
desolación al aire y vino
la primera tormenta a visitarnos
hasta llenarnos con su olor
a distancia y olvido.
(Manuel Rico.)
Gran Jardín' de Rafael Ruiz Balerdi
Mi amada, con esa mirada que no controlo, con ese paisaje de melancolías enrolladas, con ese mural de Ruiz Balerdi a la entrada del Museo del Parque que miro y remiro y en mis manuales no viene nada sobre tamaña forma de enfocar las lentes, sobre el uso del microscopio, sobre la tortura del gota a gota cayendo sobre la frente de un John Wayne/Genghis Khan.
Te
temo, cariño, te disfruto y te temo. En otro tiempo quizás hubiera huido a
brazos más rendidos, a mentes más en una sola dirección, a los problemas de
siempre, a las mujeres de nunca, a otras. Ahora no, aguanto firme en mi
trinchera, la recorro arriba y abajo sin reparar por dónde pueden entrar, por
qué agujero de la barricada me sorprenderán. Sé que sin remedio voy a perder la guerra, pero la batalla es deliciosa, dulce, desequilibrada, incruenta, sin
prisioneros y sin embargo los caballos siguen siendo blancos o negros, los
aviones vuelan alto sobre las nubes. ¿Te has percatado que ya no nos
bombardean? En esta lucha contra el mundo, justo antes del diluvio ese que
dices, los enemigos se multiplican. Y los imbéciles. Por eso estoy despierto. O
sueño que estoy despierto. O sueño que alguien me sueña despierto. Es curioso
que ahora mismo no sé si estoy dormido.
Sabía
que no podrías callarte, solo estabas buscando ese tiempo de hogueras para
poder decírmelo. Hasta aquí ya he aprendido. Y, plafff, me sientas en el altar
del sacrificio y me lo cuentas todo de golpe, me revisas, me cuentas, me
explicas, me arrullas, me sorprendes, me reafirmas, me haces sonreír, ponerme
serio, dudar, saber, me abres otra ventana, me sugieres que te pida que cierres
una puerta, me das un mapa, me robas un caramelo, me zarandeas, me acunas, me
besas, me desarmas, me vendes cuchillos, me das motivos, me estimulas, me
confundes, me aclaras, me reafirmas, mecagüen la mar que tuya eres, qué difícil
debe ser tratar contigo sin ventajas, sin bonos, sin vales de regalo, que
difícil mirarte a los ojos y saberte, qué mujer eres, por suerte, por inmensa
suerte de haberte encontrado justo cuando estaba buscando y tú estabas ahí,
desde antes, esperándome sentada en una piedra de misterio, cantando.
Mira,
ay, casualidad, se ha puesto a llover y no me quedan chaquetas para extenderlas
por los charcos donde pisas, deberemos volver por los atajos de entonces. El
tema de los dioses de cada uno lo dejamos para otra ocasión. También el de los
nacionalismos. Voy a cambiarme de piel, luego te llamo.
2 comments :
No puedes escribir eso que escribes despues de esa fotografía tan bella, tan dura, de los emigrantes buscando la señal en el móvil. Después del poema de Rico. Después del cuadro de Balerdi. Te lo digo siempre, es como hacer el amor con la novena de Beethoven: no hay quien se concentre.
Magnolio, agradezco mucho tu comentario, mucho.Trato de explicarme. Esto es un blog. Pienso que tiene un estilo (el mío). Lo empecé así y así sigo. Estoy pensando en cambiarlo entero cuando llegue al primer millón de visitas. Me da pereza, la verdad. La fotografía de los emigrantes tiene un premio por ser la mejor del año en no sé qué apartado. El poema de Rico me gusta mucho, me toca. El cuadro de Balerdi es…de morirse de bueno. Hacer el amor debe ser algo maravilloso, ya ni me acuerdo como se hacía ¿Hay que hacerlo con otro/a? Beethoven ya me suena. Ah, por cierto, mi texto está escrito con el alma y me gusta. Dentro de mi humildad si a alguien le gusta me parece maravilloso. Insisto que agradezco mucho tu comentario/sugerencia.
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