Y no hay regreso.
Sobre mi
vida cae
enorme sueño negro.
Dormid, esperanzas,
dormid, dormid, deseos.
Dormid, esperanzas,
dormid, dormid, deseos.
(Verlaine)
No divago, no junto palabras sin
más, quiero tocar el alma de los dátiles con los dedos manchados de belleza y
vida, de luz prendida entre las uñas que rozan la espalda de todas las
ausencias ahora que aún no ha amanecido y el trabajo es esta urdimbre de rutina
y desencanto, este áspero olor del día a día entre espejos crédulos y mármol
sujetando el mar y las tristes tardes de
febrero.
¿Y si solo fuera sexo?, ¿estamos
solos?, ¿seguro que Postdamer Plartz existe?, ¿me quieres?, aquella noche nos
vestimos con plumas de guacamayo, fuimos amantes e inventamos el paraíso
terrenal y los cometas, Markus Lüpertz nos pinto en su diluvio, ardimos en la
pira funeraria de un nosotros inmolado, luchamos como fieras y perdimos,
gladiadores con muñones, vencidos caminantes de nuestra propia historia.
Lo cuento hoy sentado en la roca del
rito de añorar el descalabro, los pájaros volando entre tejados, el delicado
refugio de su vientre, la poesía que busco en lo que digo desde el borde de la
sangre que amenaza con anegar mis venas de cordura. Los perros del alba hacen
guardia en los altares. Verdugo, me corto el cuello y continuo, empapado en la
energía que derroché, mojado de nostalgia. Solo los ausentes comprenden la
ausencia.
La belleza del verso aúlla junto al animal de la melancolía que cayó al pozo de cenizas y de víctimas. En las afueras de mi mismo soy un desconocido que anhela abrazar a quién soy.
La belleza del verso aúlla junto al animal de la melancolía que cayó al pozo de cenizas y de víctimas. En las afueras de mi mismo soy un desconocido que anhela abrazar a quién soy.
Desolada orilla, ¿por qué crucé?,
este es el humillado país de escarcha y miedo que presentí en mis peores
sueños. Y no hay regreso.
0 comments :
Publicar un comentario