Ficou maluco.
Atenta la compañía que hay
desfile, que quieren cerrar la centenaria Ginjinha Sem Rival da Rua Portas de
Santo Antao en Baixa de Lisboa. Si a usted no le suena no pasa nada, hay tantas
cosas que no (le/me) suenan. Por ejemplo, Boca de Cielo, está en México, por el
sur, en Chiapas, hay mucha actividad en el Sur, lo han cantado muitos poetas. A
lo que íbamos, que tampoco le suena ¿no?, resulta que allí estuvo alguien a
quién amo tanto como a mi vida y me dije “ahí tengo que ir” y me voy, en breve,
en marzo. Que sí, que no es broma, aquí nunca escribo de broma, puedo exagerar
(solo un poco), disfrazarme, poner cortinas de encaje pero se me ve la sombra.
Que conste que no cuento casi nada, lo que es (lo de verdad) no lo puedo
contar, lo de B tampoco por preservar mi físico y mis atributos, lo de C a
veces lo insinúo y me dicen “ay, Pedro, qué bonito”, qué candor, si supieran
que entre el sí y el no hay un territorio tan extenso como todo Brasil (+ o -)
y abracadabra que esta magia de escribir es tan potente que de la chistera de
FB y otros rincones luminosos salen personas con ojos y labios, con
sentimientos y miedos, con alegría y ganas de vivir, como yo, qué suerte, aquí
vamos, así, viviendo, ¡viva!, no nos moverán.
Un cuento, en Lisboa él, de un
país sudamericano, estaba enamorado de ella, de un país centroeuropeo, se
amaban con intensidad, carnal y emocionalmente pero, hay que ver, ella vuelve a
su país y piensa que qué hará él allí, con ese frío y ese idioma que no lo
entiende nadie (nadie que no sea de allí, claro) y vuelve sola, él ficou maluco
y llora por las esquinas lisboetas y casi se tira al Tajo ahora que es a lo
único que se puede tirar (bueno y por una ventana, pero no).
Moraleja, no te enamores de
quién hable raro, lo digo por experiencia, yo también fiquei maluco, pero esa es
otra historia y tampoco es cosa de aburrir a nadie, al menos hoy.
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