Oferta,.
Mi última novela, “La arpista ciega”, ha recibido
buenas críticas pero ha tenido pocas ventas, como vivo de escribir, hubiera
preferido más ventas y peores críticas (y el director de mi banco, también).
Por eso lo he decidido (entre los dos).
Mañana me meto en una caja a escribir sin parar
hasta el uno de diciembre (resistiré, lo verás).
He aceptado la oferta de Flux Factory, el colectivo de artistas de Long Island City, al otro lado del East River, frente a Manhattan (¿te has situado, corazón?).
Estaré en una habitación de catorce metros
cuadrados con paredes de plásticos traslúcidos (una jaula de monos y yo dentro)
Un experimento, dicen ellos; mi oportunidad, digo
yo (necesito comprar música, gardenias, toallas, ron y un traje nuevo, negro)
¿Podré escribir mientras me miran desde el otro
lado? (podré)
Aunque ahora ya me miran desde el otro lado (¿o
no? reina)
Solo podré salir de ese cuarto por necesidades
básicas, ya sabes (¿amarte al amanecer contará como básico? Sí. )
Una mesa, una silla regulable, el ordenador, un
cuaderno y un lapicero (y tu foto).
Yo, colgado de la música y del trabajo (y de tu
recuerdo, claro).
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