sábado, 15 de noviembre de 2008

Henry Darger


La oscura vida de un pintor marginal
Henry Darger fue un hombre atormentado y obsesivo. Gastó su vida en escribir un libro de más de quince mil páginas ilustrado con extrañas acuarelas. A su muerte, el mundo descubrió la extraña belleza de aquella gran obra de arte.
Cuando en el mes de abril de 1973, Nathan Lerner, casero de un modesto piso del North Side de Chicago, abrió la puerta de la vivienda en la que había vivido durante 40 años su singular y recién fallecido inquilino, Henry J. Darger, se encontró con un escenario del que tardó en dar crédito: un cuarto atiborrado de recortes de periódicos, cómics, revistas, libros destripados, aparente basura y unas gigantescas acuarelas que repetían obsesivamente las imágenes de niñas desnudas con grandes alas de mariposa siendo perseguidas por soldados empuñando bayonetas de época. En una segunda inspección, halló sepultado uno de los libros más extensos conocidos, 15.154 páginas, titulado The story of the Vivians girls, in what is known as the Realms of the Unreal, of the Glandeco-Angelinian War Storm, caused by the Child Slave Rebellion, que ha sido traducido como La historia de las niñas Vivian, en lo que se conoce como los Reinos de lo Irreal, sobre la Guerra-Tormenta Glandeco-Angeliniana causada por la rebelión de los Niños Esclavos. Supuestamente, las grandes acuarelas, pintadas por el propio Darger, ilustraban el libro escrito en sus más de cuarenta años de reclusión. El casero, Nathan Lerner, significado fotógrafo, detectó enseguida la extraordinaria calidad de aquellos dos trabajos, y se asignó el trabajo de albacea, a pesar de que, como le había ocurrido a Max Brod con Kafka, Darger le había dejado expreso deseo de que destruyera todo lo que encontrara en el apartamento. Ningún vecino sospechó jamás la obsesión que minaba la vida de aquel solitario de patrones fijos, que buscaba en la basura, sólo hablaba de los partes meteorológicos y únicamente salía de su casa para ir a misa cinco veces al día. Hoy, su obra, una de las más importantes de lo que se ha dado en llamar el outsider art o arte marginal, es una de las joyas del American Folk Art Museum de Nueva York.
Como cerrando el círculo de lo exacto que le obsesionó toda su vida, Henry J. Darger nació un abril (1892), se cree que en Brasil, y falleció otro abril (1973). Se sabe que su madre murió pocos años después de darle a luz, en el parto de su única hermana, a la que nunca conoció, pues fue dada en adopción. El padre, mentalmente enfermo, se hace cargo del crío, hasta que no puede continuar cuidándolo, y es entonces cuando el pequeño Henry es internado en un orfanato católico y más tarde en una institución psiquiátrica. Se le diagnostica la enfermedad de “tener el corazón en el lugar equivocado”, así como “masturbación”. A los 16 años se fuga y sus biógrafos le pierden la pista hasta que reaparece en Chicago, a principios de la década de los años treinta. En ese momento ya ha desempeñado diversos trabajos menores y su aspecto es el de un vagabundo. Sólo se le conoció un amigo, desaparecido a mediados de esa década, William Shloder, con quien intentó fundar la Sociedad Protectora para Niños, proyecto que jamás se materializó.
Los expertos en arte marginal se quedaron perplejos al ver que aquel libro de 15.154 páginas contaba una historia épico-onírica desquiciada, con rasgos de claro tormento. En un planeta alrededor del cual orbita la Tierra, hay un reino cristiano llamado Abbiennia, y siete princesas luchan contra ejércitos de soldados adultos llamados Glandelinians, que las quieren esclavizar. Estos soldados van ataviados con trajes muy parecidos a los del Ejército Confederado de la Guerra Civil norteamericana, tema que fascinaba a Darger. Las grandes acuarelas representan a pequeñas ninfas correteando por prados en lo que sería una versión naïf del reino, pero también escenas de empalamientos de las niñas con las vísceras al descubierto, en otras ocasiones, las niñas aparecen con grandes alas de mariposa a la espalda, y casi siempre en paisajes amenazantes, con tornados y vientos cubriendo el horizonte. Los niños se rebelan, pero es habitual que perezcan a manos de los soldados. En lo que parece ser un rasgo de inseguridad congénita enmascarado en la vida ascética de Darger, la historia tiene dos finales, en uno triunfan las Vivian, que representan a la cristiandad, y en el otro, los soldados Glandelinians. Podemos imaginar en ese doble final al adulto Darger sacando a flote todas sus obsesiones y represiones, producto de la severísima educación cristiana del orfanato, contrapuesta a la crueldad del mundo exterior que le acompañó desde que su madre falleciera.
Se ha especulado mucho sobre la obsesión de Darger con el universo de la infancia. Una posibilidad nos remite al año 1911, cuando una niña de cinco años, Elsie Paroubek, fue estrangulada en Chicago. Se sabe que Darger guardó el recorte de la fotografía del periódico muchos años, y que se la enseñaba a la gente por la calle, después la perdió y eso supuso para él una angustia que sólo superó escribiendo y dibujando su monumental obra, incluso incorporando a la pequeña estrangulada como personaje recurrente. Su biógrafo oficial, John McGregor, especula en la obra Henry J. Darger: in the Realms of Unreal que, potencialmente, Darger era un asesino en serie, incluso se ha llegado a afirmar que el propio Darger fue el asesino de la pequeña, algo que se considera muy improbable.
Pero lo que llamó más la atención de las actividades “secretas” de Darger fueron las grandes ilustraciones que creaba a partir de recortes de cómics y revistas que encontraba en la calle, y en especial un detalle: las niñas están dotadas de un pequeño pene, y las que están desnudas sólo visten calcetines. Se ha dicho que Darger siempre rechazó tener relaciones sexuales por miedo a que la desconocida fuera aquella hermana que dieron en adopción al nacer, y de ahí su desconocimiento en anatomía femenina. Otras versiones apuntan a que el diminuto pene de las niñas está inspirado en el Niño Jesús que veía en sus diarias visitas a la iglesia.
Una peculiaridad que también habla elocuentemente de la mente de Darger es la obsesión que hay en su libro por el detalle. Es tal, que describe todos los uniformes de los soldados, desde los botones hasta los hilvanes, da nombres a todos ellos, así como a todos los paisajes, desde la forma de las hojas hasta la orografía de un bosque, o especifica los mapas de las batallas con un detalle que estremece, recordándonos a aquel magistral cuento de Borges en el que unos cartógrafos hacen el mapa de un reino tan grande como el propio reino. El reino de ficción de Darger era en sí mismo un mapa que ocupaba toda su vida, desde la mañana hasta la noche. Experto en música militar, compone también las marchas y los himnos de los ejércitos de los dos bandos. Los vecinos comentaron que en ocasiones oían ruidos y golpes marciales, lo que hace contemplar la posibilidad de que interpretara sus propias marchas militares en su apartamento.
Algo que nos da pistas de su extraña vida es que cuando Nathan Lerner revolvió a conciencia en todo aquel destartalado apartamento, encontró también un libro que Darger tituló The book of weather reports, en el que Darger anotó durante 10 años el parte meteorológico de Chicago, con comentarios –lo que hoy llamaríamos un blog– casi siempre enojosos hacia el “hombre del tiempo”. Todo parece indicar que esa obsesión le venía de cuando, siendo niño, asistió a la destrucción de un pueblo entero, Countrybrown, por un tornado. También se encontró un libro, escrito en 1968, The history of my life, en el que dedica más de 4.000 páginas a contar la historia de un tornado, Sweetie Pie, que asuela todo un pueblo.
Se puede pensar que las implicaciones de aquel excéntrico y secreto hombre en futuras generaciones fuera mínima o nula. Nada más lejos de la realidad. A lo largo de 2007, la exposición itinerante –Nueva York, Berlín, Roma– titulada Into me/out of me llevó la obra de Darger compartiendo cartel con artistas de la talla de Hamilton, Acconci, Walter de María o Vick Muñiz. En abril de este año se inaugura en el American Folk Art Museum de Nueva York otra importante exposición titulada Darger-ismo: artistas contemporáneos y Henry Darger.
Más ocultas, pero por ello quizá también más interesantes, son las irradiaciones del anciano de Chicago en la música. La estudiosa de su figura, Ana Pareja Serrano, ha rastreado esas influencias.
Los neoyorquinos Animal Collective, por ejemplo, se inspiraron en las acuarelas de Darger para la portada del su disco Feels. Por su parte, Natalie Merchant, en el disco Motherland, compone una melancólica y larga súplica pop llamada Henry Darger, en la que se pregunta por el destino de las Vivians girls. El grupo de punk-rock The Vivians Girls actúa disfrazado de las niñas imaginadas por Darger, y las animan en sus canciones a continuar luchando contra el mal. Hasta existe una película documental, The Realms of the Unreal (2004), de Jessica Yu, en la que se destripa la vida. Como el eco de un silencioso Big Bang, el solitario Darger lanzó una piedra hace muchos años, se descompuso en el aire, los fragmentos fueron cayendo en sucesivas partituras a través del siglo XX. Podemos imaginar qué pensaría él si lo supiera.



12 comments :

Unknown dijo...

Vaya.. que sorpresa. Las cosas de Darger. Hace algún tiempo que lo descubrí, no se bien cuanto. No obstante, llegue a el por casualidad.
Pero, sigo pensando que su obsesión no esta muy clara. En fin... alguien mas... que me hace reflexionar sobre lo mucho que escondemos. Disfrutemos del buen tiempo y del finde.
Good Bye. Kissesssss

mirada dijo...

Es muy emocionante, Pedro, muy extraordinario.

Gracias por darlo a conocer.
Un beso.

Anónimo dijo...

Pues a mí me gusta la gente que guarda muchas cosas. S. dice que, cuanto más grande es tu mundo interior, mejor. Qué increíble esta historia... yo no conocía a Darger, pero me ha encantado.

Buenos días, P.

nancicomansi dijo...

Fascinante...había leido pequeña reseña de él en LA VANGUARDIA de hace un tiempo...
Eso tipo de obras entronca directamente con el "art brut", de hecho pertenece del todo a él, ya que cumple con la premisa de tener como único motor que impulsa al artista, nada más y nada menos que su propia irrefrenable necesidad de materializar sus fantasmas, u obsesiones, o deseos, o...
Suele ser más puro y auténtico por que no interviene el afán de notoriedad ni el doblegamiento ante las modas o tendencias, ni las ganas de complacer a nadie más que a ellos mismos...
Es un impulso germinal fascinante y este H.Danger no cabe duda uno de sus máximos exponentes.
(¿Vió el documental "¿que tienes debajo el sombrero?" sobre Judit Scott? producida por Julio Medem...si no, se la recomiendo fervientemente...pronto hablaré de ello en el blog, tiene mucha relación con el tema)

Gracias, voy a indagar más.
Un lujo tu entrada.

matrioska_verde dijo...

un post muy interesante, no tenía ni idea de este hombre... me ha encantado leer tu post y aprender.

bicos,

irene dijo...

Acabo de descubrir, en profundidad, la historia de este pintor.
Me gustaría saber qué se oculta, en realidad, en la mente de estos genios. Es inquietante.
Besos.

gaia07 dijo...

Llamamos marginal a aquel que vive fuera de toda reglamentación social, y acabamos poniéndole la etiqueta de enfermo.
Y somos los reglamentados los realmente enfermos, los que destruimos a muchos llevándoles al límite por la ley del más fuerte. Abonamos la parte oculta y oscura, que las normas acallan en nosotros perdiendo esa parte de genialidad.

Un abrazo (para esto no hay modalidades ¿o si? Voy a tener que consultar con el gremio de abrazadoras profesionales)

Pedro dijo...

Somos muchos.
En el mundo.
Hay personas así.
Me sorprendió la historia de Henry Darger
Quise compartirla.
He dejado vídeos Aquí (http://glup3.blogspot.com/2008/11/henry-darger.html)


Hay muchos puntos oscuros (casi negros) en esta historia LOBITO.
Me quedo con ese trabajo ímprobo de 15.000 Páginas.


Un placer Mirada Un beso.
Síndrome de Diógenes


elshowdefusa
El síndrome de Diógenes es un desorden del comportamiento que normalmente afecta a personas de avanzada edad que viven solas. Se caracteriza por el total abandono personal y social y por el aislamiento voluntario en el propio hogar, acompañados en muchos casos de la acumulación en éste de grandes cantidades de dinero o de desperdicios domésticos.
En los años 1960 se realizó el primer estudio de dicho patrón de conducta, bautizándolo en 1975 como síndrome de Diógenes, en referencia a Diógenes de Sinope, filósofo griego que adoptó y promulgó hasta el extremo los ideales de privación e independencia de las necesidades materiales (el cinismo), aunque hace poco se ha señalado la impropiedad de dicha definición.[

Buenas tardes.


nancicomansi , conozco bastante bien el "art brut",
De hecho colaboro (humildemente) en http://www.creaturas.org/
Ahí encontrarás buenos links.
Conocía la obra de Judit Scott. Me fascina.
Muchas gracias por todo.



A mi me encanta tu comentario Aldabra. gracias.

irene a los psiquiatras también les gustaría.
Sí, es inquietante.
Besos.


Un momento gaia07, antes del abrazo permíteme que consulte el reglamento de abrazos regulados.
No vaya a ser que estemos contraviniendo alguna norma, el artículo 17, por ejemplo.
Besos a montones (eso se puede)

Mixha Zizek dijo...

Es la primera vez que sé de él y por lo que cuentas fue un hombre increíble, lo buscaré para saber más... un beso

Pedro M. Martínez dijo...

Un tío raro Mixha, trabajador pero raro

Anónimo dijo...

Extraña, inquietante e inspiradora la obra de este desgraciado artista. Su vida da también para un buen relato, desde luego que sí. Gracias, Pedro, por compartirlo. Tanto su vida como su obra me resultan sorpredentes y fascinantes.
Una anécdota: el estilo de dibujo de las niñas me recordó a algunas ilustraciones de mis libros de textos infantiles, pero se me encogió el corazón al ver esa parte oscura... ese brutal contraste entre el mundo idilico y frágil de la infancia y las fuerzas del mal.
D. Shandy

Pedro M. Martínez dijo...

D. Shandy, un personaje inquietante.
Detrás de ese ingente trabajo hay una sombra oscura que disturba,
Saludos.

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