Monumento a Cuauhtémoc
El dolor rutinario de no ver/oír/oler, bufando entre un pulmón y los intestinos, extraño lugar, tan impreciso, que ni me duele ya, tanto ir y venir el cántaro a la fuente, donde un día florecía el agua hoy se marchitan los brotes de mayo, los de abril, los de mañana. Ya no dejo guijarros en los cruces, no me importa perderme en la cañada, en el solitario páramo, escucho silbos de pastores, ranas, sonidos del campo, contrapunto metálico, batir de alas de ángel o vencejos, plumas, imaginarios lugares, intangible línea revelada en un sueño de Eros y Psique, memoria de cuándo. Nadie me entiende. Monumento a Cuauhtémoc, ¿qué hago aquí?
El Monumento a Cuauhtémoc está dedicado al huey tlatoani mexica (azteca) Cuauhtémoc, ubicado en el cruce de la Avenida de los Insurgentes y Paseo de la Reforma de la Ciudad de México. Es obra de Francisco M. Jiménez con esculturas de Miguel Noreña. Fue inaugurado en 1887, muestra del neoindigenismo o del indigenismo académico altamente promovido por el gobierno de Porfirio Díaz (de Wikipedia)
4 comments :
Me quedo con el "nadie me entiende" ( y supongo que es lógico jajajajjajajaj) y con el monumento ...deberia haber unos cuantos más...
Cualquier dia lo vemos a usted ahi, con los bigotes y el sombrero..( hoy estoy mas mala que habitualmente) jajajaj
Besos de disculpas.
eli mendez que nadie (alguien me entenderá, espero) me entienda es precisamente el temor, no por mí, claro, que sí (me entiendo), sino que siendo tan simple lo que digo me parece preocupante que no (me entiendan). Un inciso.
“Poco antes de las elecciones de 1992, Bush era considerado imbatible por la mayoría de los analistas políticos, fundamentalmente debido a sus éxitos en política exterior, como el fin de la Guerra Fría y la Guerra del Golfo Pérsico. Su popularidad entonces había llegado al 90 % de aceptación, un récord histórico.1 En esas circunstancias, James Carville, estratega de la campaña electoral de Bill Clinton, señaló que este debía enfocarse sobre cuestiones más relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas. Con el fin de mantener la campaña enfocada en un mensaje, Carville pegó un cartel en las oficinas centrales con tres puntos escritos:
Cambio vs. más de lo mismo.
La economía, estúpido.
No olvidar el sistema de salud.
Aunque el cartel era solo un recordatorio interno, la frase se convirtió en una especie de eslogan no oficial de la campaña de Clinton, que resultó decisivo para modificar la relación de fuerzas y derrotar a Bush, algo impensable poco antes (Wikipedia).
Después la frase central se popularizó como: Es la economía, estúpido.
Aquí intento prosa poética, utilizar la imaginación para lo obvio, la belleza, la vida. Y grito: es la literatura, estúpido.
No me extraña que no venga nadie por aquí.
Tú sí, te lo agradezco infinito.
Y te beso con fervor.
Bienvenido al club de los incomprendidos, pasa...estás en tu casa.
😉
Besos.
Laura no me siento incomprendido, francamente me da igual, lo que me ocurre es que no comprendo y al paso que vamos me parece que ya me voy a quedar con las ganas. En cualquier caso estoy acostumbrado a largas travesías en solitario por tierra mar y aire (bueno, por aire no, pero venía a cuento). Muchas gracias.
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