Aromas de estragón
De madrugada empezó a morir el poema.
Una
tras otra se borraban las sílabas de cada verso, se perdía el sentido, la
esencia de la belleza, el poema desaparecía sin dejar estela.
Para intentar detener el proceso hurgamos en su interior, lo desmenuzamos como a un crustáceo, le añadimos cebolla bien picada, ajo, perejil y aromas de estragón.
Inútil, nada podía detener la descomposición, letra a letra.
Tal era nuestro disgusto que en un desesperado intento de reanimar la voz, de rehacer el ritmo, nos metimos las palabras a la boca. Aún sin saber esos idiomas las declamamos en inglés, en euskera, en japonés, en ruso.
Miramos alrededor y a nadie parecía importarle.
Pero no nos resignamos, en un último y desesperado intento lo masticamos, nos lo tragamos, llegó a las tripas y... ¡alto ahí! el poema floreció, nos rompió el pecho y trepó por esta bitácora perdida en un rincón de esta red que nos tiene atrapados como a peces afligidos.
2 comments :
Me quedo con ese florecer y estas palabras de este texto que me ha gustado muchisimo!!!!
Saco lo de peces afligidos que no me gusta jajajajajajjaja No me imagino en una pecera.. jajaja
Besossssss
eli mendez un pez afligido es un pececito triste, pobre, ahí dando vueltas a la pecera. mirándonos con esos ojos que piden mares (o ríos puestos en el caso). Me alegro que te guste. Besos submarinos.
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