Facturas
Al
principio lo entendimos, asumimos el encierro con resignación, quizás las alas estaban
pintadas, quizás en el espacio azul no había lugar para latidos fuera de la
juventud, para madurez de Amor, la Palabra, Dios, Patria, Responsabilidad, Eternidad,
no había lunes ni domingos, solo un largo día sin amaneceres ni ventanillas
ante las que sellar pólizas y vuelva usted mañana. Solo llegaban las facturas.
4 comments :
Es un duro castigo, tan increíble como insoportable.
Solo nos queda soñar...
Y esas facturas que nos llegan mira que son refeas...
Mientras, esperemos esas cartas de amor como las que escribía Pessoa por muy ridículas que sean.
Besos, ojitos mentolados.
Єѕтnoм, estoy tan agobiado que a ver si encuentro un rato para filosofar, para preguntarme si en realidad esto es la vida y esas cosas. De la muerte ya lo pensaré otro día aunque viendo las cifras de fallecimientos diarios da escalofríos.
Sobre soñar, muchas madrugadas me duelen los párpados de no querer despertarme.
Una delicia este reencuentro.
LA ZARZAMORA esto del virus, en el fondo, es una factura que estamos pagando muy cara.
Y, perdona que te diga, a mí Pessoa siempre me ha parecido un triste (hay muchos así). Las cartas de amor hay que escribirlas antes de la pasión, después de la pasión y los gemidos y los suspiros y devórame otra vez. Que sean cursis, vale, nadie estamos libres, pero, leches, que sepa de qué habla. A mí los amores románticos me dan respeto, pero los amores pasionales me dan la vida. Que te voy a contar a ti que no te haya contado ya.
Un beso o dos, ya veremos (pero nos quitamos la mascarilla y la máscara y nos vamos a quedar en nada)
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