Untitled
Jean-Michel Basquiat Untitled, 1988
Ay, mujer
caprichosa que ignora que esta mañana, antes de salir a mi diario caminar entre
los fríos del amanecer y las nieblas propias de estos inhóspitos parajes, entre
salteadores de caminos y tiernas mozuelas que reparten la leche de sus vacas, desde los caseríos de las cimas de los montes al valle donde moramos, ay, ya,
que esta mañana, decía, al revisar lo que colgué anoche he entrado directamente
a las entrañas de la Bestia, justo allí donde dejo mis tesoros, mi Smaug
vigilante se ha dormido en esta ocasión y ahí estaban, mis creaciones y
recreaciones, desnudas, expuestas a las
malas artes de cualquier malandrín que podía haber cambiado arte por parte, o
yo por hoy, o o por a, pues eso, ahora que he vuelto, duchado, afeitado,
desayunado recuperado de los esfuerzos físicos, que no de los mentales, te
complazco, como no, y plom, pulso en enérgico
Click hasta acceder a mis poemas escritos en otro tiempo, en este país, en
momentos en los que aún soñaba con trenes y viajeras, ya no, que me desplazo
andando. Pues eso, que ahí estaban, todos. Tranquila, mujer majestuosa, extienda
sus brazos protectores sobre este pobre amanuense que apenas sabe decir la p
con la a, pa. Todo está en orden. O así.
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