No es bueno, no.
Ludmila Foblova
No es bueno tanto ir y venir a la fuente
con el cántaro en los brazos.
No es buena la costumbre, la rutina, estar
siempre, mantenerse, la fruta en el árbol, lo que es, las alabanzas, saber que
sí, lo imprescindible.
No lo es porque no lo es, no.
Y punto.
Sé estas cosas porque las explica el cura
de mi pueblo, sube al púlpito y nos ilumina. Menos mal.
Pero.
No son buenos los viajes a los labios de
ella, vivir en su pecho de frutas, morir cada día entre sus piernas.
Sé estas cosas porque me las dice
despacio en las madrugadas sin gallos, cuando me miro en sus ojos y
renazco.
Tiemblo al mediodía cuando se va, no mengua mi
adoración, sigue en mí.
Pero no es bueno vivir pendiente de sus idas y venidas.
No es buena la costumbre de amarla sin medida.
Pero no es bueno vivir pendiente de sus idas y venidas.
No es buena la costumbre de amarla sin medida.
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