No blog, ay, oh.
Primer
domingo de junio. Enciendo el ordenador, intento abrir la página y nada. Por
misteriosas causas ajenas a mi voluntad se ha cortado la conexión a internet.
Hoy no blog glup (2.0), no comunicación, no post, sin mensajes ni comentarios,
así no me apetece escribir, jo.
¿Qué
hago?
Me
he levantado y descubro que hace un calor insoportable, ondulan los cristales
de las ventanas, me pasmo, mi casa tiene ventanas. Me he asomado fugazmente al
balcón y por la calle solo veo sombrillas apresuradas de múltiples colores,
seguro que debajo de cada uno de ellas hay una persona, o dos. Todo el mundo se
ha ido a la playa. Es increíble, qué bochorno, se desmayan los pájaros en el
aire, los ancianos jadean en los parques, pocos coches, sin ruido, es lo que
tiene el buen (¿?) tiempo. Eso, que hay tiempo, mucho, socorro, me aburriré
todo el domingo, quizás tenga que hablar con alguien, qué horror.
Me
decido, saldré, con alpargatas y pantalón corto, con mi sombrero blanco para
que no se me derritan el flequillo y las ideas. Siento picores en los brazos,
en los muslos, del calor. Las calles, Bilbao está lleno de calles ¿dónde voy?
Ese que va por la sombra solitaria me ha mirado, y aquella que habla con un
perro gris. ¿Llevaré algo raro? ¿Vestiré antiguo? ¿Tendré la raya de la
camiseta mal planchada? ¿Será que es demasiado corto el pantalón? Me duelen las
yemas de los dedos, necesito escribir pero, ¡qué calor! Me compro un pan
caliente, el periódico caliente y vuelvo a casa que está fresquita.
Por
fin, tranquilo en el silencio. El teléfono está mudo, la conexión sigue
cortada, el blog glup (2.0) cerrado, mi nevera vacía, mi corazón también.
Y
ahora ¿a quién le cuento todo esto?, ¿cómo lo cuento? Bah, primer domingo de
junio y Loli sin llamar, qué calor.
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