Escrita a mano en días aletargados (4)
“...concierto del deseo sin ataduras
ni sintaxis...
(Amalia Iglesias)
...su cuerpo tan delgado que tenía miedo de romper sus huesos cuando me rogaba posturas concretas, que dejara mi peso sobre el de ella, que subiera a su frente, que besara sus pies, que se colgaba de mis caderas como un jinete desenfadado, descarado, entraba en ella, vivía en ella como un eterno condenado a lo sublime, ella era lo sublime que nos sentábamos en un banco del parque, en un museo, sin mirarnos, hablando en susurros, alrededor perros, niños, palomas, cuadros, árboles que nos daban sombra y pretexto para buscar lugares secretos, que la abrazaba contra la pared del canal, que pasaban los barcos y hacían sonar las sirenas, se acodaban los marinos en cubierta y silbaban, nosotros indiferentes, mimetizados en el paisaje industrial, enlazados por la risa, por el placer que nos dejaba la nuca vibrando, esa sensación de gusto en el trayecto de los pulmones al cielo, respirándonos, hale, vamos que nos vamos y así fue como me uní a los peregrinos que caminaban por senderos al borde de la memoria, con teas encendidas por caminos oscuros para ahuyentar el miedo a llegar por pura inercia, por seguir la huella de los bueyes, cantando para no olvidar el sonido de lo viejo,...(sigue)
Photo by Lillian Bassman, 1948
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