Ritos desde aquel laberinto.
Se
puede actuar en campos muy variados, pero lo que emparenta el arte, lo que
tienen en común todas las artes, es que están obligadas a presentar dos
componentes que no pueden faltar: la poesía - es necesario que exista algo de
poesía-, y una dosis de construcción; si no, no hay arte. ( Eduardo
Chillida).
Es
un rito soltar mariposas de papel escritas por las dos caras y verlas volar
desde los parques.
Sin
florituras se encadenan las voces que cuentan los días, fijan el acontecer
cotidiano. Absurdo, no ocurre nada. Este espacio acumula textos de aire.
También olvido.
Comencé
en un extremo del puente, iluso, esperando que alguien lo cruzara. Envié
invitaciones invisibles en un incendio de jilgueros. No hubo respuesta, se
perdieron en el aire. Seguí de guardia, noche a noche, barquero insomne, con el
farol encendido aún en las más frías madrugadas. El zahorí se quedo solo,
mirando correr el agua. Nunca volvió la alienista habitante del país Jacques,
acumuló mutismo en la frontera hasta hacerla inexpugnable, tan alta que no hubo
signo ni método que traspasara la alambrada.
Pobre
hombre en la niebla, no sabía entonces que aquel préstamo de goce extremo
traería después un tan elevado pago de intereses, usura cobrada en silenciosa
distancia, frío fulcro trucado.
Me
vacié los bolsillos del alma, quise pagar las deudas, aún en la quiebra, aún en
mi pobreza de enamorado sin recursos; imposible, todas las ventanillas estaban
cerradas. No vuelva usted mañana.
Después
enjuagué las lágrimas con pañuelos prestados y me dediqué a ser otro, insumiso,
constante, tejiendo mentiras hasta convertirlas en verdades.
Aquí.
0 comments :
Publicar un comentario