Todo pasa y todo llega.
Para quienes todavía no son viejos, ser viejo significa que has sido. Pero ser viejo también
significa que, a pesar de haber sido, además de haber sido y aunque hayas sido
en exceso, sigues siendo. [...] Todavía eres, y te obsesiona tanto el ser
todavía y su plenitud como el ya haber sido, lo pretérito. Considera la vejez
de este modo: que tu vida esté en juego es un hecho cotidiano. Uno no puede
eludir el conocimiento de lo que le aguarda dentro de poco. El silencio que le
rodeará para siempre. Por lo demás, todo es lo mismo. Por lo demás, uno es
inmortal mientras vive.
El animal moribundo (Philip Roth)
Ragnar Axelsson (Islandia)
Juan
ha sido un hombre enérgico, emprendedor, un luchador por lo suyo y para los
suyos. Ha formado una familia que le rodea y le quiere. Se puede decir que ha
tenido una vida llena. Ha trabajado mucho pero también ha disfrutado. De fuerte
constitución física, no ha tenido ninguna enfermedad importante.
Su
pasión ha sido la pesca. Siempre ha sido un enamorado de Cádiz, de su clima, sobre
todo de las gentes que allí viven. Desde que se jubiló viajaba allí cada seis
meses, para estar, para pescar. Disfrutaba en la paciente lucha por capturar
grandes peces.
El
año pasado tuvo un serio problema de salud. Se recuperó parcialmente, aunque ha
perdido bastante visión de un ojo, su cuerpo sigue con parecido brío, se
comporta como un hombre joven, camina muchos kilómetros todos los días. Pero su
mente ha quedado en un estado limitado, ha vuelto a la niñez.
Hace
dos semanas su hija le reprendió por tanta actividad.
- Papá, no puedes salir
tan lejos tú solo.
- Llego hasta ahí y el doble, soy un deportista–dijo él-
- Ya, pero tienes ochenta y tres años y ya no puedes jugar con tu salud- dice la hija-.
- ¿Qué?, ochenta y tres años, estás loca, no tengo esa edad.
- Si, papá, los tienes, ochenta y tres años cumplidos en mayo.
- No.
- Sí, los tienes, estás muy bien pero los tienes, dos más que mamá.
- Llego hasta ahí y el doble, soy un deportista–dijo él-
- Ya, pero tienes ochenta y tres años y ya no puedes jugar con tu salud- dice la hija-.
- ¿Qué?, ochenta y tres años, estás loca, no tengo esa edad.
- Si, papá, los tienes, ochenta y tres años cumplidos en mayo.
- No.
- Sí, los tienes, estás muy bien pero los tienes, dos más que mamá.
Juan
se queda callado. Mira por la ventana. Piensa. Da vueltas por la habitación. Se
sienta. Entonces- dice- soy un viejo, un viejo. Sus ojos se
llenan de llanto, de un llanto sereno y hondo, de lágrimas que brotan de la
comprensión de su realidad. Sale de casa y camina hacia la playa.
5 comments :
Ayer, al bajar del tren de vuelta al pueblo, me encontré con una señora que tiene la misma edad que Juan. Es amiga, la conocí cuando trabajaba en un centro de masaje y gimnasia pasiva para personas con problemas de movilidad. El caso es que, de vernos casi cada mañana allí, y posiblemente por la cercanía de mi tarea, nos hicimos amigas. Es una señora con una energía preciosa. Se preocupa mucho por mí, me cogió cariño, ya sabe. Y siempre, desde sus 83 años, ahora, como cuando nos conocimos, me repite... "vive, India... la juventud cree que siempre tendrá tiempo para todo y de repente, ese tiempo se te viene encima y ya no..." , me dice más cosas para que aproveche cada segundo y tal, pero son piropos suyos y ya eso me da vergüenza y no viene al caso tampoco ahora, aquí... Supongo que Juan, en ese llanto sereno, se da cuenta de golpe de ese tiempo que se vino encima... algo debajo de toda esa vida llena y esa fortaleza ... que quizás lo esperaba en esa paciencia de pescador...
Un abrazo grande, Pedro. Que no se le queden cosas debajo de,... que llegue a la edad de Juan y los ojos se emocionen por saberse vividos... que como dice mi amiga, Josefa se llama, viva y no se le venga el tiempo encima...
Gracias mil por descubrirnos esa imagen que ilustra el post.
La mirada de norte (Islandia entre los paréntesis, puso) se me hace cálida siempre pese a los fríos que dicen.
y hay veces cuando nos damos cuenta hemos perdido en ese sendero de los años lo que más amamos........ por eso mi mente dice cada día esto:::
Sin querer estoy hablando con dolor y sentimiento/ y en vano busco y no encuentro la paz que yo hoy tanto anhelo/// un día sin darme cuenta sola andaba en el sendero… sin querer había perdido lo que cuide con esmero…… la fortuna se consigue si trabajas con denuedo // pero si pierdes un hijo se te oscurecen los cielos y hasta el árbol de tu dicha se te seca por completo….. he llorado muchas veces buscando por el sendero/// aquellos que sin querer poco a poco fui perdiendo //// mientras trabajaba muy duro para poder sostenerlos……
En medio de mi tristeza al cielo miro en silencio// y veo al sol que está solito en medio del firmamento que a pesar de estar muy solo emite rayos inmensos// yo quisiera imitarlo pero en realidad no puedo…
Se marchito la sabana que tengo dentro del pecho// no canta mi paraulata ni tampoco mis llaneros/// mi llano se enmudeció para oír mi triste lamento….
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