Aquí también llueve
Humeaban las casas de la ribera, los
ejércitos crédulos se perdían carretera adelante, cansados, hastiados de
muerte, saqueados ya el granero y la tez de las niñas perdidas en los balcones
colgados sobre los lentos días de hambre y plegarias.
Y es que ya no recuerdo que pasó en
el 49, excepto que siempre hacía viento y que no había un lugar donde sentarse.
No habíamos nacido, la ciudad era tan gris, serenos ebrios se apostaban en las
esquinas y las calles estaban surcadas por ráfagas de estrellas.
Fotografías en blanco y negro de los
puentes rotos sobre el rumor del agua. El amor nacía en el borde de una falda,
en la curva de unos hombros, en mis dedos torpes que hurgaban ciegos.
Pellizcábamos los himnos, detrás de las grúas nos desafiaba la otra orilla.
Antes de la partida, con el viento
sur, el humo rojo de las chimeneas de la Fábrica alborotaba el patio. Los
armarios y el teléfono estaban mudos, llovían paraguas sobre las alfombras de
flores y voces. Con la prisa olvidé la brújula sobre el mantel de cuadros.
Cruzamos, Ella en mitad de la barca
y mi timidez a su lado, silenciosa la mirada, perdida en el agua turbia de la
ría cloaca. Aún no dolía la palabra y el tiempo insomne se estiraba sin
horizonte, sin nubes, ilimitado, el futuro era un presente circular, continuo.
Meryl sentada al lado de un marido
monótono rodea con mano temblorosa el tirador de la puerta del coche. Delante,
en otro coche bajo la lluvia, Clint espera que el semáforo cambie a verde, pero
no solo eso. Unas noches antes le había dicho: esa clase de certeza se presenta
una vez en la vida. Meryl no abre la puerta y Clint se pierde para siempre bajo
el aguacero.
Aquí también llueve, incluso cuando
luce el sol.
Para Friederich Ludwig Frege (1848-1925), el fundador de la lógica matemática y de la teoría del significado modernas, la matemática es un tipo de metafísica, la ciencia más general de la realidad que incesantemente busca "las leyes de las leyes naturales". En este mismo sentido podemos afirmar hoy en día que en efecto las matemáticas forman una especie de andamiaje metafísico del edificio científico. Por su parte, Rudolf Carnap (1891-1970), el destacado filósofo del Círculo de Viena y del positivismo lógico, consideraba las matemáticas como un tipo de lenguaje que busca las consecuencias analíticas de ciertas convenciones lingüísticas. Ciertamente, la matemática es un tipo de lenguaje, el más abstracto de ellos, con el que se expresan cierto tipo de relaciones mediante signos convencionales. Sin embargo se antoja que es algo más que un lenguaje, o bien, que si aceptamos que es un lenguaje, no se nos aclara con ello más que su léxico. Poco podemos decir de cuál es el significado de los signos y las operaciones. Para otro de los matemáticos más formidables del siglo, Kurt Godel (1906-1978), el mismo que demostrara con el famoso teorema de la incompletud la imposibilidad de probar o falsificar las proposiciones matemáticas a partir de sus axiomas fundamentales, la matemática es un tipo de psicología introspectiva que informa de ciertas construcciones del pensamiento o la imaginación, o mejor aún, un tipo de geografía interior que busca precisar ciertos mapas del paisaje mental. Por más que nos pueda sorprender esta declaración, no podemos dejar de reconocer que las leyes matemáticas emanan de operaciones cognitivas necesariamente restringidas o moduladas por el aparato mental. Este mismo tipo de pensamiento late en el fondo de la filosofía racionalista que supone que el Conocimiento surge de la propia mente más que de los objetos del mundo. No en vano varios de los mayores filósofos racionalistas como Descartes o Leibniz fueron matemáticos.
1 comments :
Einstein demostró su más famosa ecuación gracias a una fórmula de Lorentz, que es "imposible" de demostrar por la "relatividad" de sus variables. Gracias a que la de Albert se dio por buena (empíricamente), se reconoció la del otro.
Me gusta mucho leerte; cuando me animas!
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