Carta de elogio a mi locura. (5)
Habla
Pero no separes el No del Sí.
Y da sentido a tu decir:
Dale sombras
(Paul Celan)
¿Qué me dices de las sombras? Sombras caminando, sombras conversando bajo los balcones, sombras acechando. Han colgado una sotana de la antena de televisión, parece una bandera, lo es. Insectos melancólicos meriendan sobre el asfalto. Hay un incendio en ese brazo. Humo en pulmones oxidados y un amanecer en ese sobre que todavía no has abierto. Una espada bajo la cama. Un desierto sobre la almohada. Un grito que nadie escucha. Se acercan. Guardaré más botellas de vodka en mi maleta. La tormenta cerró una época, la clausuró, tenía que ser así, ¿te imaginas una tarde final, de despedida, sin rayos y truenos? ¡Qué tontería! Los finales deben ser espectaculares, con palabras que definan, que imposibiliten la vuelta, billete sin regreso, no pretendas abrir el mar, solo Moisés y un servidor de usted que acaricia la bola negra atada a su tobillo con una cadena de plata y canela, bailo sobre los recuerdos, me abrazo a esa nube de porcelana.
Palabras, carta de elogio a mi locura de buscarte en lo imposible. Palabras que loan mi insistencia en los errores. Me equivoco y lo sé. Actúo mal y lo sabes. Esta maquinaria no tiene manivela de marcha atrás, ni botones con rótulos en inglés, ni tornillos oxidados, ni aquella posibilidad de punto de rocío sobre los depósitos de fueloil, donde ahora se levanta la chimenea, páramo inutilizado, almacén de errores urbanísticos, refugio de mirones y jubilados, de proxenetas, de perros que mean en las farolas.
10 comments :
-Diez, veinte, treinta, cuarenta.
Es hora de acabar ya con lo que se daba. Todo en este mundo tiene su fin y, en llegando el momento, hay que componer el gesto y preparar el ánimo para lo que se viene encima. Los hay que mueren poco a poco y como sin darse cuenta, igual que un triste pajarito que se aburre, pero otros bostezan y se estiran para despabilarse.
-cincuenta, sesenta, tetenta, ochenta.
Cuando llega la hora del final, los fantasmas ahorcados que cuelgan de los más altos árboles dejan, durante un breve instante, de columpiarse y el silencio se hace más pegajoso que nunca. Nadie sabe si pasa un ángel batiendo las alas, como quieren los españoles, o si nace un pobre allá a lo lejos, como prefieren los ingleses.
-Cómpreme usted una estampa, señorito, que sólo vale cuatro reales.
No creo que los finales de las personas que salen el la fotografía inicial sean espectaculares. Sencillamente, conviven con el fin, con una sombra muy nítida a sus espaldas.
Sí, señor, Tempero, ahí te veo, abriendo plaza, sin agobios de anónimos ni romances de Mayte Martín (cómo me gusta), así, dejando claro lo que hay, que más vale de pedir que no de robar.
Pues eso.
En mil años todos calvos.
O antes.
Sin sombras a la espalda, un abrazo.
De no tener manivela, no tendríamos la dirección que adelanta el mañana, los suicidas tienen el stop y los que se escriben cartas el review... Recuerdo que recordaba un recuerdo del recordado que no recuerda pero ahora mismo no recuerdo ni el recuerdo, ni lo recodado ni el recordante.... Que mala memoria tengo : )
ana.p, carta de elogio a tu locura.
"Los finales deben ser espectaculares, con palabras que definan, que imposibiliten la vuelta"
Pero esas palabras deben haber sido escritas mucho antes, en los rayos y truenos que ya no (que dirías tú), miguitas de pan durante la ida, que se vayan comiendo para no regresar nunca más. Una delicia tu blog.
Lili
Sin sombra no habría perfiles, ni tampoco mentiras ni verdades. Y lo peor de todo es que sin sombra no habría pintura tal y como nos cuenta Plinio en la leyenda que le dio origen. Plinio nos dice que una muchacha dibujó en la pared el contorno que la sombra de su amante proyectaba en ella. Más tarde, su padre rellenó la figura con arcilla y creó un simulacro. Eso es lo que hacemos con los recuerdos.
Saludos.
Como dejó dicho Galeno, la cura consiste en encontrar el equilibrio entre las partes racional, irracional y sensual del alma.
Este blog es lo que te produce la catarsis que te libera de tus pasiones y te purifica, como tu medicina del alma, y la de la locura dónde nos llevan los mismos errores de siempre, solo que antes no nos planteábamos siquiera que lo fueran.
Te beso especialmente hoy, es un placer leerte en tú locura.
P.D. Menos mal que no te gustaba mucho cómo estaba quedando porque lo que es a tus comentaristas ¡Nos estamos multiplicando!
Si esto sigue así te resultará menos penoso dedicarnos un post diario a todos. Aunque esta individualidad que nos regalas es extraordinaria. Más besos.
Tengo un problema Lili, bueno, de hecho tengo varios.
Te contaré los que conciernen a tu comentario.
Me gustaría contestarte ampliamente, créeme, los finales, algunos, son mi especialidad, pero no puedo, lo siento, si lo hago aquí, ahora, me quedo si material para otros post.
¿Tu recuerdas a Bob Beamon? Pues así, quiero seguir saltando más lejos.
Y hasta que no me rompa las piernas de la lírica (o así), seguiré
Eso sí, del beso de agradecimiento no te libra nadie,
Mis respetos, señor El peletero, eres una persona culta, sin alardes pero culta.
Y eso es muy estimable.
Estoy de acuerdo (cómo no) con Plinio, nos vemos perfectamente en la sombra (mejor diría en la mirada) que proyectan nuestros amantes (no todos/as a la vez, uno a uno)
Gracias y saludos.
gaia07, contando los minutos, preparándome para salir a disfrutar de la amistad, de la risa, de compartir momentos para cuando lo negro lo impida.
Te beso.
Me ha aburrido este desmesurado elogio a mi (controlada) locura.
Mañana (domingo) lo termino.
Te beso.
Es un placer recibir tus comentarios.
Ay, tenemos que hablar tú y yo.
Te beso.
Publicar un comentario