lunes, 29 de octubre de 2007

Escher (1)

¿Cómo preservar la mirada salvadora de la persona humana y de su universo? ¿Cómo ofrecerle algo que no sea la muerte, la religión, la indiferencia o el miedo, otra opción que son sea bajar la cabeza y apartarse sin mostrar su rostro? La respuesta está aquí, magnífica. (Carlos Fuentes).


Maldición, se ha roto mi pluma y no quedan gansos en la granja, deberé saltar la valla, escoger uno en el jardín del vecino, retorcerle el cuello para que no grazne, arrancarle la cuarta pluma blanca del ala derecha -izquierda si el ganso es zurdo-, dejarla reposar en una caja de madera de boj, cubrirla con arena que me traje de Muxía, fría, esperar dos horas, ya, la pluma se ha endurecido y después del tajo que afila su punta puedo utilizarla para continuar escribiendo lo de hoy, mañana ya veremos, y la mojo en una tinta que preparé con sangre de cerdo, alcohol y añil y dejo correr la mano sobre el papel para no decir nada especial, excepto que estamos vivos, aquí y ahora y esto es bastante para festejarlo con pólvora o sin ella, para reírnos y enviar toda suerte de ideas, chanzas, palabras viejas y hermosas letras retorcidas que expresen amor, fácil de decir, difícil de sentir, mágico cuando se produce y hoy quiero añadir algo más, un descubrimiento: pasión; un día aparece en mitad de la cama, de la alfombra, de la nube, la pasión, poderosa, enérgica, atrapándonos con una mano gigante, dejándonos temblorosos de placer, débiles, indefensos, felices; podría también añadir que en la refriega de cuerpos y deseo, un objeto punzante hiere casualmente la pierna de ella y una gruesa gota de sangre seca se desliza hasta el tobillo y él, otro, la ve, y a partir de ahí se produce la sospecha, la presunción de culpa, la sombra y la advertencia, el cuchillo, el miedo; hoy es el día después y de momento los ejércitos están detrás de las alambradas, no se escuchan zumbidos de bombas ni silbidos de balas perdidas, la niebla se extiende por el campo de batalla y no deja ver los heridos de ayer, los muertos de siempre, la paz imposible ahora que la gran puta ha hablado al oído a Mati Klarwein, ahora que los días no pueden ser un lunes continuo, ni siquiera una lechuza blanca en el hombro del hombre que se esconde, ni los sábados serán ya un viaje con barrios obreros al extremo del camino, con bares oscuros mientras recuerdo a ML o L o questión mark o Lila Downs cantado con mayúsculas y plumas de alondra en su melena negra, también canta este río que nos lleva, mientras llueva y quizás escribo todo esto por no escribir, como un cíngaro buscando chatarra de la mañana a la noche, trabajando para no trabajar, o la belladona ha dejado mis ojos tan abiertos que no puedo ver y perros hambrientos mirándonos bajo la mesa y mi rana azul que nadie conoce porque esparzo semillas de sésamo y espuma marina para no decir lo que quisiera; me disfrazo de vendedor de reliquias; entro y salgo por las puertas amarillas; bailo sobre granos de sal; recojo los pasaportes en ventanillas cegadas por funcionarios dormidos;... (sigue)



4 comments :

gabriela cantú westendarp dijo...

no es molestia, gracias por señalar el error de dedo. me pasa que soy un poco intensa...saludos.

Pedro M. Martínez dijo...

gabriela cantú westendarp, pues gracias.
También por volver.
Y que eres una persona intensa se nota.
Te leeré con la misma intensidad.
Saludos (un montón).

Margot dijo...

Por eso yo arranco las plumas del canario que tengo, bien enjauladito...

Ummm y sigue!

Besote de tarde lunera

Pedro M. Martínez dijo...

Ay, Margot, Margot, que no me has contado nada. Que calladito te lo tenías(lo del canario, también).
(jajajajaja). Besos.

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