jueves, 4 de abril de 2024

Anne Carson

 


Mi marido mentía acerca de todo.

Dinero, reuniones, amantes,

el lugar de nacimiento de sus padres,

la tienda donde compraba las camisas, la ortografía de su apellido.

Mentía cuando no era necesario.

Mentía cuando ni siquiera era conveniente.

Mentía cuando sabía que sabían que estaba mintiendo.

Mentía cuando mentir rompía sus corazones.

Mi corazón. El corazón de ella. A veces me pregunto qué pasó con con ella.

La primera.

Hay algo de filo nuevo y ardiente en la primera infidelidad conyugal.

Taxis para arriba y para abajo.

Lágrimas.

Grietas en la pared que recibe el golpe.

Luces encendidas hasta altas horas de la noche.

No puedo vivir sin ella.

Ella, la palabra que estalla.

Luces todavía encendidas de mañana.


Anne Carson

La belleza del marido.

Traducción de Ana Becciu.


6 comments :

Beauséant dijo...

Siempre me he preguntado que hay dentro de las cabezas que aceptan cierto tipo de situaciones que, desde fuera, parecen carecer de toda lógica o necesidad.

Hay gente que lleva el infierno dentro y se empeña en compartirlo con todo el mundo...

Saludos

PS. Al menos ella logró sacar una buena poesía de la situación, otras ni eso ;)

María dijo...

Lo peor es la mentira, pero así en grande y con mayúsculas. La gente suele confundir la infidelidad con la desleantad. Lo primero hasta sería personable, lo segundo no. El texto es estupendo, aunque sí, vaaaya vida : ) Un beso!

María dijo...

jajaja personable es siempre, quise decir perdonable : )

Pedro M. Martínez dijo...

Beauséant, es que la vida es muy compleja, los humanos tendemos a hacerla aún más compleja, Resulta que esa lógica que dices no funciona igual para todos, las necesidades (de todo tipo, afectivas, materiales, de comunicación, de relación, etc) no son en absoluto iguales para todos/as. Por mi parte procuro no intentar entenderlo (es un vano empeño) y vivir mi vida de forma coherente con mis principios y mis posibilidades. De momento lo voy llevando. Veremos.
Saludos

Pedro M. Martínez dijo...

Maríaestoy de acuerdo con todo: el poema es magnífico, lo de la infidelidad y lo de la deslealtad. Pero hay ratos en los que solo estoy de acuerdo en que el poema es muy bueno. Luego hay ratos que em quedo dormido. Es así, la variabilidad. Por ejemplo ahora me está entrando el sueño. Te beso medio dormido.

Dorotea Hyde dijo...

Qué fantástico poema y qué desgarrador. La mentira como modo de vida, sin importar las consecuencias en los demás.
Un abrazo.

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