Mentira virginales
Aquella
tarde con Elena. Sentados frente a una mesa repleta de viandas, con el mantel
manchado del vino que rezumaba de un cántaro rebosante. Intentábamos escribir
un poema, una esquela, una mentira, algo.
De pronto en una esquina del salón apareció una virgen sobre una zarza portátil y ardiente. Llevaba una túnica que brillaba con una extraña luz. Extendió las manos sobre el espacio entre ella y nosotros, atónitos espectadores del milagro, entregados pecadores abiertos a todas las penitencias, merecedores de todos los castigos (incluido el infierno y las siete plagas), solícitos y obedientes amanuenses dejando constancia de la explosión solar.
Pues bien, esa virgen nos señaló a los dos con un dedo y sonriendo, con voz maternal dijo: Escribid, escribid, queridos míos, transmitid esto que veis, contarlo a vuestros vecinos, esparcirlo por las riberas de los ríos, por las tierras de secano, por los vergeles refugio de gentes descreídas, tribus venidas de allende los montes, habitantes de la tierra prometida...
Así
siguió horas y horas, la verdad, ya me estaba empezando a aburrir, me adormecí,
cuando desperté Elena estaba a mi lado, su cuerpo desnudo estaba caliente y
rumoroso. Nada, que nos amamos furiosa, dulcemente, otra vez con furia y a la
tercera me fui a trabajar.
Esta uno que no para, un sinvivir.
Pero
entonces, por el camino a la oficina, sobre un Simca mil volvió a aparecérseme
aquella virgen y con voz severa dijo: Pedro, Pedro, una cosa es exagerar y otra
mentir, solo la has amado una vez.
Y desapareció.
Eso, que rectifico, una sola vez.
Estas
vírgenes de ahora no pasan ni media.
Buenos días.
2 comments :
Je, je, je...
Esto es buenísimo. Eres un crak pa ser vasco, eh?
Cómo iríais tú y la cuadrilla aquel día antes de quedar con Elena... ¡Ave María!
Lo del Simca mil me recordó la canción de los Inhumanos, qué tiempos! Como las muñecas de Famosa aquellas que empezaban a andar solas y zas parecía todo un milagro.
La canción (la del Simca 1000 razón aquí):
https://www.youtube.com/watch?v=2AcJUaF69M0
Y en el fondo, la Virgen (María) o la de Fatima ve tú a saber, igual quería escribir ella la Historia vuestra e iba de narradora omnisciente y vosotros, tú simple prota humanoide y Elena que iba de vino hasta las trancas pues no dabas la altura (tú)...
No me gustan estos sabelotodo que te cuentan la historia con puntos y comas. Si no ya me dirás, que cualquiera iba y le tocaba las palmas a Cervantes, con lo que él era, eh?
Venga, ojitos mentolados, tú escribe, y ya sabes, pelillos a la mar ;)
Cualquier día nos vemos allí donde el Moisés aquel rompió aguas.
Ah, y devuélvele la media a la Virgen que nos vamos conociendo..
Y sí esto de escribir es un sin parar y un parador sin Dios; qué te voy a contar que no sepas...
Besos de esta ventrílocua que habla por mí sin decir ni mú.
ZARZAMORA, corazón, soy un crack precisamente por ser vasco, de Bilbao concretamente, todo ello sin perjuicio de que algún burukide atento me diga que no, que me falta una póliza, un apellido, un gramo de no sé qué en la sangre, lo compensó con kilos y kilos de yo sé qué en mi sangre sandunguera, en mis ganas de vivir y miro, ahora, ya ves, un libro que recibí de Paris, de una levantina levantisca que no se rinde por nada, paso sus páginas y ¡oh! que tía, que artista, que maja, cuanto arte y cariño para enriquecer así a un elemento que no ha visto nunca (por fuera, por dentro sí lo ha visto, creo, bueno, sí, seguro, en tantos años seguro que sí) y con el que se cartea (una expresión antigua) desde que todo era diferente, antes todo era diferente pero resulta que solo hay ahora y ahora es un tiempo para disfrutar, por obligación, por necesidad, por imperativo emocional, natural, legal, nadie sabe si hay un luego, un después, vaya usted a saber, pero ahora, comerse el tarro no es bueno, pensar en lo que no fue tampoco pero si algún día, si algún día (miro los calendarios y no sé si a estas alturas tendré fecha, lugar, en le pont des arts, en el Mirabeau o quizás en el ZubiZuri, sobre mi Nervión oscuro nos encontramos como Robert Taylor y Viviven Leigh en el de Waterloo, en la mitad, la gente aplaudiendo y yo de pelillos a la mar nada, en cuestión de pelillos soy muy mío, en casi todo soy muy mío, por ejemplo, en quererte desde hace ni sé los años, tantos, que es una maravilla esto de quererse así, en la distancia, no hay problemas de celos, de pertenencia, de propiedad. Muchas gracias, Eva, un beso de película, grande, largo, sincero.
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