Palmist
Voy
de un blog a otro, de un muro a otro, toco pared y vuelvo, los veo, todos tienen
una clave, si lo intento seguro que descubro un rastro entre tantos textos mezclados,
floridos, exuberantes, bulliciosos, profundos, lacónicos, misteriosos, deslizándose
a veces por mi cerebro, por mi corazón, por mis piernas como serpientes
dolorosas, como agujeros de cerradura, como pañuelos de seda, como esos
hipervínculos que me llevan a otra dirección, de allí a otra y en el fondo, en lo oscuro, mi
curiosidad encantada de seguir colgada de la punta de los dedos, en el capricho
de esos escritores o de quién sabe qué.
Es obvio que también soy quién sabe, que también sé que saben.
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