Te lo grabo
Qué
te iba a decir, ah, eso, que te lo grabo en una casete y lo escuchas cuando
quieras, que sé bastantes cosas, sumo, resto y multiplico de memoria, bastante
rápido, divido un poco peor, escribo sin demasiadas faltas, me atoro en los
porqué, estoy bien de cultura general que mis hijos me dicen que me
presente a “saber y ganar” que siempre acierto las preguntas, será de leer, que
leo bastante, de siempre, ahora cosas raras, William Gaddis y así, lo que pasa
es que no se me queda, cada día se me queda menos, leo y disfruto pero al de
poco tiempo no recuerdo de qué iba el libro, será la edad porque de edad voy
bien servido y de recuerdos, que se me acumulan aunque más de mi infancia que
de anteayer, que tengo muchas actividades o bastantes o las suficientes que
creo que estoy mezclando demasiados conceptos pero si no lo escribo rápido se
me van o me copian o pierde autenticidad, frescura, que se me olvidaba contar
lo del deporte, que siempre he hecho deporte, digo, me hace gracia eso de yo
corría y era campeón de aquí, yo nadaba y era campeón de allí, yo hacía, sí
pero ¿ahora?, que lo de ahora es más bien ejercicio, camino por las orillas de
los ríos, rápido eso sí, que me molesta cuando alguien me pasa y le miro con
mala cara mientras escucho música con los auriculares, que de música también
entiendo, un suponer eso de entender, no entiendo casi nada de casi todo pero
disfruto, eso sí, de sentimiento y de sensibilidad ando sobrado, que me
emociono por lo normal pero mucho, que lloro en las películas de llorar y mis
hijos se ríen, papá está llorando, ¿qué quieres?, antes no lloraba
nunca, no sé si por insensible, por algún problema en los lacrimales o por
egoísta, que mi yo era antes que nada, vaya por dios, que ahora me he vuelto
más empático ¿se dice así?, que me preocupo por los otros, y hablador, qué
pesado, hablo con todo el mundo, pobres, les cuento unas historias de
impresión, me basta un buenos días y les cuento mi vida, la pena de Murcia y
las previsiones para las próximas elecciones, cuando sean, que el personal es agradecido, les gusta que
les hagan caso, que les escuchen, que cuando visitaba a mi tía (pobre, dep) a
la residencia hablo con las señoras y con los señores ancianos, que me cuentan
y les digo que en dos días estoy ahí con ellos, de compi, y se ríen, me ven
todavía derecho, pero no creas que muchas mañanas, en la cama, cuando me
despierto me duele la rodilla izquierda, ¡qué será?, artrosis me dijo uno que
sabe de esas cosas, artrosis, artrosis, eso es de muy mayores, será un calambre
o algo así, que no está uno todavía para esperar un buen morir y
ya, enroscado en el meollo de la cuestión que es vivir ¿no?, que me estoy
arrepintiendo de escribir esto que no leerá nadie excepto yo, borrando comas y
frases para que no se haga largo y aun así no he hablado nada de amor, puedo
hacerlo, estoy enamorado pero esa es otra historia o la única historia, verás,
que andaba yo por calles reales, por plazas reales y me encontré con una mujer
real, una mujer imposible de tan perfecta, miro, me mira, nos miramos y
zass, un flechazo, en mitad del corazón, que o ella es ciega o algo tiene que
no es normal, que uno tiene sus carencias bien visibles y otras a nada que
rasques un poco pues te das cuentas que no hay ni chicha ni limoná pero, ay
madre, que hicimos el amor y lo inventamos, que fue como volver a nacer, una
epifanía, un pasar la puerta de un más allá que está acá y no hagan que cuentes
más porque, jo, no todo es tan bonito, que ella es extranjera o lo soy yo, no
sé, no sabe, no contesta, que vivimos sin vivir pero lejos, exactamente 1.217
kilómetros, o sea en la otra punta, norte y sur, con fronteras intermedias, que
usted mira el mapa y se marea, como cuando veo su cuerpo de diosa viviente y me
evaporo, que nunca he acariciado así, tan tierno, tan dulce, tan apasionado que
ya te digo, estoy como un adolescente alborotado, como un flan chino mandarín,
que escucho su nombre y tiemblo, que escucho su voz cuando canta y me desmayo,
no les he dicho que es cantante, ella canta y se me abren las carnes, ella abre
sus carnes y me sumerjo en ella hasta que somos uno y ya no quiero morirme y no
debería contar esto porque la monja se mosquea, cómo son las monjas ¿eh?, y
sigo cultivando en esta ciénaga de caos y de azar, de paradoja y
perversidad, de borrar del todo la idea misma de causa y efecto (Gaddis,
claro) que me he dejado bastantes secretos de contar como lo del espejo, que
ahora me estoy mirando y no soy, bueno sí soy yo pero no soy, que no me explico
lo sé, que escribo para decir esto pero no lo que digo sino lo que tú lees que
generalmente no es lo mismo porque a ti te importa poco y a mí también pero,
coño, para subir cosas de otros prefiero escribirlo yo, bah, no sé qué te
estaba contando, se me va ¿ves?, se me va.
2 comments :
jajjajajajajajajaj
Creo que este estado alborotado que te produce el amor ha dado sus frutos jajajajaj
Bueno al menos me rei, (que me hace bastante falta) de principio a fin y en verdad siento que el texto es puro reflejo de P.M. jjajajajja ( de pe a pa) jajajajja
eli mendez me gusta cuando alguien lee lo que escribo, no es imprescindible porque voy a seguir escribiendo igual, pero me gratifica y lo agradezco infinitamente. Yo tampoco estoy para muchas risas y como aquí no para de llover casi no me sale ni una mueca, pero escampará, seguro. Un beso y gracias.
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