Semana corta.
Ahora llega esta semana, corta, con fiestas, sin lápices ajenos
para colorear mi ansia, sin juegos poéticos acuchillando los días pintados de
rojo. Alguien me lo dijo ayer: estás peor. Quizás, pero estoy, acostado en las
espinas del deseo, con la sangre al borde de los ojos, tendido en el delgado
filo del que nunca amó. Ni fue amado.
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