Eating by candlelight during a 1972 power cut in Telford. Ironbridge power station in the background. Photo David Bagnall.


lunes, 13 de diciembre de 2021

Matilde Campilho

 


ASCENDENTE ESCORPIO

Para José

La noche en que Billy Ray nació

(calle 28 con 7, Nueva York)

no había nadie dedicado a la contemplación de los geranios

Había, eso sí, el sonido del mundo que caía

como estalactitas múltiples

sobre las cercanías del hospital

Coches, algunos a 90 km/hora, otros a 30 km/hora

Bomberos corriendo para salvar al perro

atrapado en la escotilla del bote atracado en el Hudson

El inmigrante asaltando al cajero de la tienda de conveniencia

para robar algunos dólares y chicles

Aquella pareja en la esquina derecha, los dos llorando

terminando con razón el arrastrado noviazgo de cinco años

Rosa Burns entrando en casa sin ninguna prisa,

lanzando embestidas a la cerradura con la llave mucho más vieja

que su rostro—temblando, temblando, casi desistiendo de esa historia de vivir y tirar al blanco

Había un camión barriendo todos los pedazos de basura de la calle

Había un ruido de fichas de póker siendo lanzadas

sobre la mesa verde-gastado, entre dedos y humo

Alguien gritando, en la explosión de la minúscula muerte

Alguien cantando la canción sudamericana

Alguien acariciando el pescuezo de la paloma sin dueño

Alguien arrojando la pelota de tenis contra la pared de la habitación,

repetidamente, repetidamente, repetidamente

Había una radio en on donde sonaba algún ruidito en onda media

Había una bruja cocinando acebo & cobre en la cazuela del piso de paredes quemadas

La noche del nacimiento de Billy Ray

al mismo tiempo en que él escuchaba el sonido gelatinoso

de la placenta de donde era arrancado

y después el sonido del paso por el canal uterino de su madre

y después el sonido del primer toque en su cabeza

y después el sonido de su propio grito

el grito que inaugura la fiesta

El mundo se reunía entero

entre la calle 28 y la 7

en Nueva York

para rezar la oración de los pequeños gestos

el aleluya de la existencia occidental:

centenas de hombres inclinados

haciendo reverencia a la metafísica suficiente

que existe en los corredores del mundo

y se extrapola hasta el infinito lunar.

*

Matilde Campilho nació en Lisboa, Portugal, en 1982. Vivió en Rio de Janeiro entre 2010 y 2013. Publicó textos y poemas en varios periódicos y revistas de Brasil, Portugal, Alemania y Estados Unidos. “Jóquei”, su primer libro, fue publicado en Portugal en 2014 (Edições Tinta da China) y en Brasil en 2015 (Editora 34). Vive y trabaja en Lisboa.

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