La senda de los elefantes
Otra vez. Un mordisco fiero. Un desgarro. El día llega
con clarines de tristeza. Un aviso. A lo largo de la mañana el silencio lo ha
convertido en barritar de elefantes desbocados por las estancias indias de Liz
Taylor, películas de catequesis, imágenes que se confunden con otras realidades,
por ejemplo la ausencia que asoma la patita por debajo de la puerta -“hola,
no soy el lobo”- y confiado, como un imbécil, abro la puerta y no entra
nadie, viento lobo, ausencia del lobo, frustración de los tres cerditos y la
mía propia, esta vez tampoco me come, tampoco muerde con sus dientes esta carne
tersa que palpita y espera, estos músculos del alma que se debilitan ante cada
intento. Se me va a pasar el arroz.
2 comments :
Y siiiiiii
si estás asi tan distendido el arroz se pasa ...y el tren tambien!! jajajaj
No intento entender..
solo espero que estes bien...
x aqui..puffffff
PD: hasta me olvidé de los besos y volvi!!! jajaj
eli mendez estoy distendido, operado, entretenido, sorteando omicron y lo que venga, me encierro en mi casa y pongo rejas en las ventanas. No pasarán. Pero tú sí, pasa, pasa. Besos.
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