Impoluta (4)
Se besan sin saber dónde empieza el cielo, dónde acaba
el infierno. Se besan de pie, con los ojos cerrados, con las manos cerradas. Se
besan y a lo lejos se escuchan las murallas centenarias, derrumbándose,
poblando el aire con un estruendo de argamasa y ciclones. Se tocan la piel y de
los poros les brotan pequeñísimos animales dulces que miman cada rincón de
brazos, caderas, muslos, un lento deambular de almíbar. Se tocan el alma y se
mecen en pétalos de flores nuevas, gigantescas corolas, pistilos con
embriagadores zumbidos de abejas. Se hacen uno y justamente entonces, a pesar
de los coros de querubines que cantan con los ojos cerrados, del ritmo de cien
palmeros presentidos al otro lado de la puerta, del calor de tres infiernos,
del murmullo de un arroyo del Paraíso Terrenal, del Vesubio y del Etna, de
Manhatan, ignoran que traquetean en el pescante de un tren sin regreso,
viajeros a ninguna parte, refugiados en el trayecto de la soledad, habitantes
de un mundo prohibido.
No
pueden culpar a las serpientes.
Hablan recostados a uno y a otro lado del muro de las lamentaciones.
2 comments :
Perder la noción de lo que pasa a tu alrededor, no tener conciencia de una misma, solo de la persona que está contigo, es como magia.
Y que digo!!!
WOWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW
yo creo que las vacaciones te vinieron fantasticas!!
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