Blog. En realidad aquí no importa demasiado qué dices,
importa cómo lo dices, la capacidad de generar simpatía, empatía, los colores,
lo externo, cascabeles, la música, las fotos. Web. Tiempo apresurado con exceso de oferta y poca demanda. Post. Oiga, mire, mire, mire, que lo llevo fresco, lo llevo madurito, mira,
Mari, mira, toque, toque, toque, que lo llevo rico, rico, mira, Mari, mira. Zoom. Compra venta de mercadillo, zoco de alfombras con dibujos
surrealistas, comerciales de bitácoras, escritores escribiendo lo que no se
escribe, cómo no se escribe y encima los premios se los llevan siempre los
mismos, trueques de despacho, cifras literarias, mentiras, nos engañan. Boom. Hay que quemar más púlpitos, hay que predicar al borde
de la calle, en el asfalto, con los otros, con nosotros, con los que pueden
contestar, rebatir, no me creo nada. ¿Qué pasa? Work. Tanto caminar desde hace meses y resulta que este es un
sendero de aprendizaje, de purificación, de cuesta arriba, de miradas detrás de
las cortinas, de comentarios que acarician y María Isabel. Nos faltan los
olores, el sabor de una risa, el tacto de una espalda desnuda, un beso bajo la
magnolia, pero nos iban a sobrar espaldas, nos iban a faltar labios, o
magnolias, o tiempo para tanta soledad, tantas historias tristes, Jo, ¡me cuentan cada cosa! Ping. Por cierto, que reivindico la alegría, olé la risa, riamos, total
son cuatro días, estoy aburrido de caras tristes. Love. Y hagamos el amor (escribiría follar pero no tengo confianza,
todavía) una cópula general, una orgía de lectores de blogs, una inmensa cama
redonda de amantes sonrientes y gozosos, gozando (me pido la rubia), una
actividad lúdica y barata, como correr por los parques pero sin zapatillas, o
sí, oiga, usted a su bola, que hay gustos para todos (me pido la morena), eso
sí, un poco de orden, amor sin pudores de monja en convento burgalés, marea de
amor de lectores inteligentes convertidos en amadores sin respiro. Croac. Olé los que entran a Glup 2.0 (sin doble sentido), como decían los barquilleros “viva
mis parroquianos”. Ja. Oye, que me ha gustado eso de la cama redonda gigante, de record
mundial, los sensibles usuarios de blogs encamados en un acto de amor
irrefrenable (pito, pito, gorgorito, me pido la pelirroja), los compulsivos
devoradores de páginas desnudándose de sus alias, de sus nombres ficticios,
quitándose el disfraz (tariro, tariro) a ritmo de estriptís, qué morbazo,
tantos cuerpos exhibiendo la piel de su alma sin vergüenza, tantos tímidos
abiertos al deseo ajeno, con números como en las charcuterías (perdón por la
comparación), llevo el 7. Plas. Querida lectora, querido lector, eso, que sigamos disfrutando aun en
estos tiempos de pandemia y crisis, paz
y amor, nunca rencor, que los dioses acunen nuestras soledades, potencien
nuestra felicidad, desordenen nuestras virginidades y que nos ayuden para que
nuestras páginas no se conviertan en páramos sin liebres ni pajarillos. Vale, se
admiten sugerencias. End (the)