Amo a una mujer que no me ama (2)
Amo
a una mujer que me ama pero no me ama.
Un
bicho me tapa la boca y las palabras se caen, inútiles, otro bicho se las come.
Vuelve, dulzura, ahora que todos se han ido, la casa está en silencio y la
ventana cerrada. Ven conmigo frente al espejo, uno junto al otro, mirémonos
hasta que nos sepamos, tocándonos el alma, apartando las zarzas, desnudos y
ciertos, vivos, palpándonos la piel y el corazón herido.
Fuera
llueve y hace frío, lo sé, pero no es el caso; dentro canta Joni Mitchell una
melodía encadenada mientras estamos sentados a dos centímetros que son como la
distancia a la luna. Tomemos una ginebra antes de inventarnos, antes de
perdernos y buscarnos en caricias lentas que aún no hemos dibujado, en besos
que ni sabemos que existen en las calles repletas de otros que llaman, que
vocean y no escuches, amor, este trago es difícil pero bello, apuremos las
copas y déjame que pase el limón por tu espalda con nudos, por tus piernas
esquivas, arca de la alianza para entrar en ella con trompetas y tambores, con
fanfarrias que solo tú y yo escuchemos, profanación de lo sagrado, caída de las
murallas de Jerusalén, vestales huyendo por la pradera, mi minotauro y yo
amándote bajo un árbol, mis centauros y yo amándote bajo la parra, yo, sólo,
amándote en mi cabeza de nubes...
(Iluso)
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