Un ojo, dos ojos, tres ojos y nada más.
Joseph interpreting the dreams of Pharoah’s chief butler and baker by Jusepe de Ribera
Un
ojo devora lo que escribo en este diciembre de días contados como flores en la
solapa de un año descolgándose mientras grita piedras colibrí perlas alrededor
del cuello del invierno con magnolios voladores y una araña asomando en el
pulmón helado por cigarrillos inconexos y conocidos de las mañanas hola cómo
está usted que pasan los meses y no sé de qué le conozco pero hola o adiós cómo
le va que hago cálculos para saber cuánto me queda enero de suplemento si
acelgas lechuga y otros regímenes carcelarios no terminan con la felicidad de
sabernos y ser el antes como concepto antes éramos antes mentíamos mejor que
incluso teníamos la boca más grande para así ampliar las exageraciones que
lindaban con el otoño y la magia negra o gris ente las olas del desconsuelo
mirando sin ver leyendo sin entender que esto no es más que un pasatiempo de
correveidile sin otro valor que la rutina que nos asegura que las manifestaciones frente al ayuntamiento de febrero no serán como las de noviembre y las llaves entrando en nuevas cerraduras y las puertas del
cielo cerradas a cal y canto y violetas y animales dulces y caricias torpes que
con tanta espalda no sabe uno por dónde empezar el asalto a la ternura a
espantar los sueños a las esfinges a los agoreros que nos acuchillan la
esperanza a los que se han apeado de la vida marítima y escuchan los ronquidos
de la ocasional pareja aburrida por los achaques ajenos a la libido (Libido (del lat. libido: «deseo», «pulsión» y en un sentido estricto:
«lascivia») es un término que se usa en medicina y psicoanálisis de manera general para denominar al deseo sexual de una
persona. Como comportamiento sexual, la libido ocuparía la fase apetitiva en la
cual un individuo trata de acceder a una pareja potencial mediante el
desarrollo de ciertas pautas etológicas. No obstante, existen definiciones más técnicas del concepto,
como las encontradas en las obras de Sigmund Freud y Carl
Gustav Jung que hacen referencia a la
fuerza o energía psíquica. Estos
autores vinculan la energía libidinal, respectivamente, a las pulsiones y a su
carácter eminentemente sexual como meta primaria (Freud) o a una energía mental
indeterminada que mueve el desarrollo personal general de un individuo (Jung).
Sigmund Freud, a su vez, habría tomado el término de A. Moll, quien lo utilizó
en 1898 en la obra Untersuchungen über die Libido
sexualis[«Investigaciones acerca de la Libido
sexualis»]) sentada en un rincón del
pasillo desnudo de un hotel desnudo y regiones hinchadas por no sabe usted con quién está hablando y
sujetadores rojos que no se pueden plantar relámpagos como gotas de miel y
leche en el aliento o en la lengua del buey del deseo con fiebre en las alas y
la noche como una empalizada de ciudadanos con un artefacto de dolor en el
pecho y poesías de Idea Vilariño este es solo un intento para que nadie
abandone la chalupa de lecturas y consejos que pueden ser placenteros o no pero
en la revisión del arcón si mientras ese ver leer sentir deja el poso de lo ya
dicho y todo o casi es un torpe afán que empezó en el agosto del fin de la
tierra con el faro que ilumina a los pacíficos navegantes que encuentran el
vendaval a solo cuatro millas de la costa un poco más acá de donde el océano se
pierde en la nada y una mezcla de dios y monstruo se bebe las aguas y la fe y a
este paso es apenas la continuación de otros pasos hasta que pian pianito se
llega al final. Benditos seáis.
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