Monstruo
Lo sé, es difícil creerlo, pero les juro que es cierto.
El monstruo estaba en mitad de la calle, en la desierta madrugada de mi ciudad vacía y negra.
Me miró con grandes ojos acuosos en el fondo de un rostro repelente.
Temblaba su cuerpo gigante en sollozos que conmovían.
Soy una mujer dura, una domadora de derrotas, una superviviente, una solitaria acostumbrada al miedo.
Le invité a mi casa.
Le veo ahí sentado, frente al televisor, llevándose patatas fritas a la boca con sus inmensos y peludos dedos.
Va para tres meses.
Estoy comenzando a preocuparme, no sé si soy un ángel salvador o una ingenua.
Pero, tiene una mirada...
¿Me estaré enamorando?
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