MDLS13
Milton Greene Marilyn Monroe, 1953
Siguió la sospecha,
una vez que la llave entró en la cerradura de la puerta principal y encontró
las ventanas cerradas, se dedicó a prender el pabilo de cirios amarillos que
iluminaron los cuadros con escenas de caza, con retratos de serios señores
vestidos de gris, cornucopias y en mitad del aposento, la cama con una mujer
desnuda que se sobresaltó ante aquella presencia inesperada, tapándose los
pechos, buscando su combinación de seda, una puerta, un arma, una huida del
hombre que se acercaba con gesto amenazante. Por ejemplo, o. La mujer
vestida de perfume, buscó su pijama mientras el intruso se acercaba. Detrás de
él, fotógrafos, abogados, periodistas. Y ella, la otra, su pérfida rival. Supo
que estaba perdida y afrontó el escándalo con una mueca de desprecio, con su
cuerpo desnudo indiferente ante los flashes de los reporteros. O también. El reloj del salón acababa de dar la diez. La mujer despertó a la cuarta
campanada. Con ojos aún nublados de sueño, no reconoció aquella espalda, ni los
largos brazos del hombre que yacía a su lado. Con un gesto pudoroso se cubrió
los pechos y busco a tientas su ropa. No sabía quién era aquel hombre y mucho menos donde estaba. Bajo una jarra con
agua en la mesilla de noche, dos billetes arrugados. Esas cosas//
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