Schönheitsfehler
Lo que en verdad queda de mí
es justamente eso: mi ausencia.
(Ted Hughes)
Aquí,
plantado ante el hoy para mañana me siento cansado, me sobra palabrería,
recursos, trampas, me falta sentimiento.
Miro
hacia atrás y la mayoría de lo que leo/veo me parece ajeno, lejano al menos, no
sirve, está el ahora y necesita algo nuevo.
Escribo
para mí, claro, pero hay momentos que no (me) entiendo nada. Creo que llevo
demasiado tiempo aquí, utilizando palabras que no pueden contener la realidad,
mundo imaginario del que solo veo el marco de la ventana, el paisaje está ahí,
lejos, inaccesible, no sé describirlo.
Con
una faccia imprestata/ da un altro, che - se ti fa comodo/ d altra parte
vorresti la tua/ da offire a quel pubblico,/ che ti guarda come a Carnevale/ si
guarda una maschera,/ ma intanto sa che tu/ non sei cosi.(*) canta Paolo Conte y
así me siento. No con una cara prestada sino con una máscara que he elegido y
que no me sienta bien, no estoy cómodo, me hace sudar, me aprieta la goma en la
nuca.
Son
ciclos, lo sé, un sube y baja según el clima emocional, los estímulos externos,
los internos, la lluvia, el calor, impulsos que determinan el humor, la
apetencia de seguir en este rincón perdido en otro rincón, en otro rincón,
hasta millones y millones de rincones. Qué trabajo tan absurdo.
Pues
eso, que Paolo Conte canta: Con una cara tomada prestada de otro, se te hace
cómodo; aunque por otra parte querrías la tuya para ofrecérsela a ese público
que te mira como en carnaval se mira a una máscara sabiendo sin embargo que tú
no eres así.
Cómo
me gustaría ser como escribo, es decir irreal, es decir, nada. O ser, al menos,
un Lamed Wufniks. Mañana será otro día.
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