La conjetura de Riemann
La conjetura de Riemann hace referencia a los ceros no triviales afirmando:
* La parte real de todo cero no trivial de la función zeta de Riemann es 1/2.
Por lo tanto los ceros no triviales deberían encontrarse en la línea crítica 1/2 + i t donde t es un número real e i es la unidad imaginaria.
Un mundo de @, tan
grande, tan chico, tan lejano, tan absurdo. Hablamos con quién no conocemos de
lo que no hablamos con quién duerme en nuestra misma cama, hacemos íntimas
confidencias a quién no veremos en la vida (quizás por eso).
Tengo un blog.
¿Sí? ¿De qué es?
¿Qué escribes?
…No sé…cuentos,
pensamientos, impresiones, dejo música, fotografías.
Qué curioso, qué
divertido, ¿no?
Sí.
Comunicación global. He
puesto un artilugio en la página que indica de dónde vienen los que vienen.
Descubro ahí Irán, Alaska, Madagascar, la Selva Negra, imagino que se habrán
equivocado, internautas perdidos buscando mujeres desvestidas, curiosos de
siglas. Mire usted, este es un blog de emociones, lo intenta (aunque
últimamente me está costando la misma vida salir aquí cada día).
Me ha enviado una
foto pero creo que es de cuando tenía veinte años menos. Lo sospecho por los
coches que se ven detrás. Qué absurdo, si no le veré nunca.
Pero sí te ves. Es un
milagro. Ese nombre, ese apodo, nick, como quieras llamarlo, tiene una persona
detrás. Y más milagroso, aunque tiene veinte años más que en la foto que te
mandó, es una persona increíble, sensible, agradable, interesante, divertida,
atractiva, amable, simpática. Vive a 700 kilómetros (o 60 o 6.000) de donde tú
vives, tiene un acento diferente, pero es todo eso. Y lo que te queda por
descubrir. Además, desde el mismo momento de encontrarte, se produce una
intensa y mutua corriente de simpatía, de cariño, de complicidad. También de
atracción, tampoco lo vamos a negar, de peligrosa atracción (en mi caso solo me
ocurre con las damas, de momento, lo lamento).
No recuerdo qué quería
decir cuando he empezado a escribir esto de hoy. Ah, sí, estos tiempos previos
a las vacaciones (quién las tenga) de semana santa, en los que nos movemos de
acá para allá (los que se muevan), son propicios para ampliar nuestro círculo
de amistades, para sorprendernos poniendo rostro y voz a esos a los que leemos.
Con todo lo que eso conlleva (pues creía que era más joven, más guapa, más
alto, más lista, más asequible, más simpática, que era soltero, que no tenía
hijos, no sabía que le faltaba una pierna, que se le va un ojo a pasear, es
decir, personas normales, como usted y yo).
Pues eso, ven y
cuéntalo.
Riemann mencionó la conjetura, que sería llamada la hipótesis de Riemann, en su artículo de 1859 Sobre los números primos menores que una magnitud dada, al desarrollar una fórmula explícita para calcular la cantidad de primos menores que x. Puesto que no era esencial para el propósito central de su artículo, no intentó dar una demostración de la misma. Riemann sabía que los ceros no triviales de la función zeta están distribuidos en torno a la recta s = 1/2 + i t, y sabía también que todos los ceros no triviales debían estar en el rango 0 ≤ Re(s) ≤ 1.
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