Dilogía (1)
Sin
quererme embozar en el desánimo escucho los pájaros y el viento en la alameda,
el camino está cortado por flores, a los lados hay estatuas de mármol en jaulas
de colores.
Escribo
yo y no otro y gozo y temo al cazador apostado en el brezo.
Llega
carta de ella (¿?) y me desbarata, me arma, me desarma, desparrama mi entusiasmo
en un cuadrilátero insoportable de sal, de lágrimas y desde hoy he claudicado,
he traspasado el límite, estoy al otro lado y ya no entiendo nada, además sé
que no se puede entender, siempre tengo la idea que es pasajero, pero no,
persiste sin que pueda hacer nada por remediarlo.
La
hierba se quema de lluvias y la vida es como la recordamos, su sonrisa -la de
la fotografía en la pared- me mira, alegrándome. Pienso en ella (¿?) sabiendo
que no debo hacerlo, me obstino en su sonrisa y el pecho se me llena de
catedrales con las piedras ardiendo y menesterosos escondidos en la sombra de
las cruces.
Escribo
lo que no debo y aún así me grabo el óvalo de su cara, la pienso, la describo,
su cara feliz, o lo parece, o estar con ella en una esquina puede ser tan
mágico que puedo equivocarme y pintar de nostalgia lo que no es sino presente
pero sé que no y la niña pertenece al pasado y queda la mujer que me mira, a la
que no puedo tocar sin temor a que algo ocurra, a la que hasta su olor me atrae
y me evoca recuerdos de los que no tengo constancia pero están ahí, cuando en
el mundo no había un nosotros y su mirada y su halo y una alimaña detrás,
escondida pero ahí, esperando que desfallezcamos para devorarnos y el cristal,
también ahí, separándonos irremediablemente en este territorio de ríos azules,
de otoños, de nostalgias heredadas, de arbustos negros, de olas sobrepasando la
escollera del ayer, pataleo sobre el ayer, mecagüen el ayer. (Sigue)
3 comments :
¡Ah, esa hierba quemada por la lluvia, qué maravilla!
Increíble y poderoso es lo que eres...¿cómo tienes tanta poesía, cada día, cada día?
virgi trabajando.
Un beso, guapa.
Pedro, me ha cautivado eso de que la vida es como la pensamos, porque la re-creamos mientras lo hacemos. Puede que nuestra historia personal sea fruto no tanto de lo que vivimos sino de como recordamos lo vivido.
Besos pensados :)
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