No pueden culpar a las serpientes.
Ecuaciones de Maxwell
La electricidad y el magnetismo no son
dos fenómenos aislados. Una alteración del campo eléctrico (una corriente)
genera un campo magnético que responde al primero generando una corriente
contraria que a su vez genera otro campo magnético y acaba desencadenando una
onda electromagnética. A partir de este descubrimiento la pregunta era clara:
¿Y qué puede hacer la electricidad y el magnetismo? La demostración de la
relación de James Clerk Maxwell (Edimburgo, Escocia, 1831), junto a la teoría
de la onda es lo que realmente motivó la invención de la radio, el radar, la
televisión, las conexiones inalámbricas para los ordenadores y las
comunicaciones modernas.
Se besan sin saber dónde
empieza el cielo, dónde acaba el infierno. Se besan de pie, con los ojos
cerrados, con las manos cerradas. Se besan y a lo lejos se escuchan las
murallas centenarias derrumbándose, poblando el aire con un estruendo de
argamasa y ciclones. Se tocan la piel y de los poros les brotan pequeñísimos
animales dulces que miman cada rincón de brazos, caderas, muslos, un lento
deambular de almíbar. Se tocan el alma y se mecen en pétalos de flores nuevas,
gigantescas corolas, pistilos con embriagadores zumbidos de abejas. Se hacen
uno y justamente entonces, a pesar de los coros de querubines que cantan con
los ojos cerrados, del ritmo de cien palmeros presentidos al otro lado de la
puerta, del calor de tres infiernos, del murmullo de un arroyo del Paraíso
Terrenal, del Vesubio y del Etna, de Manhattan, ignoran que traquetean en el
pescante de un tren sin regreso, viajeros a ninguna parte, refugiados en el
trayecto de la soledad, habitantes de un mundo prohibido.
No pueden culpar a las serpientes.
Hablan recostados a uno y a otro lado del muro de las lamentaciones.
Se aman.
4 comments :
"... y de los poros les brotan pequeñísimos animales dulces que miman cada rincón de brazos, caderas, muslos, un lento deambular de almíbar..."
Todo está dicho, decía Brigitte el otro día: el escritor sólo intenta una forma nueva. Pero eso es enorme, tanto como ampliar la mirada, el tacto y demás sentidos. El del gusto, a almíbar, en tus besos de hoy, por ejemplo.
Magnolio, no recuerdo habértelos dado pero, disculpa, estoy fatal de memoria.
(Qué borde, tío, con los comentarios tan hermosos que te hago)
Brigitte es una gran escritora y una persona muy interesante, me gustaría poder hablar con ella
Un beso de almíbar..
Borde y fuera de contexto, por supuesto.
Quizás.
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