Lo incierto.
La distribución normal
A partir del siglo
XIX comenzó la inquietud por el azar y la probabilidad. Con la mente puesta en
trabajos como los del académico y ludópata Gerolamo Cardano (Pavia, Italia,
1501), quien ganaba dinero apostando en juegos de azar, se buscó la manera de
encontrar cálculos para "medir elementos humanos como el divorcio, la
altura o la mortandad", apunta Stewart. Así, se dieron cuenta de que las
mediciones recogidas formaban la denominada campana de Gauss, lo que llevaría a
la distribución normal: la probabilidad de observar un valor concreto es mayor
cuanto más cerca esté de la media. Esta fórmula, que puede no parecer útil, es,
en realidad, la base de la sociología. Con ello se llevan a cabo sondeos
políticos, estudios sobre la construcción de un hospital en función de la
población, etcétera. Con la aparición de la distribución normal llegó también
el concepto de "hombre medio". Sin embargo, para un buen trabajo
sociológico existe un elemento clave: la muestra de la población escogida para
el estudio. Más allá de que no tenga ningún vicio (que sea errónea por tener
una tendencia en sobrerrepresentar algún sector) debe tenerse en cuenta el
tamaño de la población, que en un estudio en todo el territorio español
rondaría 7.00
Por eso estuve ahí, para
traducir el olor del viento, para que el recuerdo no se adelgace en los días
sin sol de la primavera herida, vida gastada en trabajos de Sísifo, el tiempo
que prepara su venganza, una larga playa, vacía, entiendo cada grano de arena,
cada suspiro que sale de la pared de piedra que limita el mar, reino del sí
pero no, del no pero sí, lanzo mi pena a la tercera ola, zamarreo el dolor y no
es lo mismo, no cierro los ojos, no quiero dormir, danzo en la solicitud de la
vida que fluye.
Permanecer insomnes,
atentos, en vigilia.
O dejar que muera la zarza florecida.
O dejar que muera la zarza florecida.
Lo incierto.
1 comments :
Tus ecuaciones, las precisas y las inciertas, me tienen patidifusa.
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