lunes, 15 de diciembre de 2008

Memoria prisionera.

Millares de hombres y millares de mujeres, cautivos y cautivas que, de repente, se liberan mediante la palabra, un gesto, un mirada, unos ojos, una boca, un cuerpo que abren todas sus puertas. Y el mundo se llena de luz
(Paul Eluard).

Memoria prisionera, palabras que no sacian la sed de saber qué hay detrás de la pared del alma, música en el atrio con monaguillos de cartón y ancianos rezando el rosario como náufragos de su fe, disección, despiece, lección anatómica de las creencias.

Virgo prudentíssima.


La soledad se hunde en un abismo de relojes ondulados y pararrayos de iglesias que sobresalen en la marea de tantas inundaciones, se han roto las presas de la esperanza y los confesores tapian su ventana de perdón.

Virgo veneranda.


Esto no es un poema, apenas un rasguño en el papel, no sé quién soy, ella es Ella y la palmera frente a su casa se ha llenado de estorninos ruidosos que peinan los cielos, sacrificio estéril de la paciencia descalza.

Virgo prædicánda.


Retrato al carboncillo de una bella mujer de faldas largas reclinada sobre un diván, piedra, papel, tijera, trabajo de un artista parisino en su última visita al psicoanalista de rue Lafayette.

Virgo potens.


Ya nunca sus labios vencidos, preludio de besos, la niebla es mentira, está pintada con sangre de tortugas, el océano se extiende en un cuadro de la pared y la humedad ha llegado a los pies de mi esperanza.

Virgo clemens.


El adiós es un puñal de jilgueros, cristales rotos y ceremonia del por siempre, manos extendidas decoran las paredes del pasillo, martirio en el convento, un crucifijo cabeza abajo adornado con ortigas.

Virgo fidélis.


Vida al margen de la vida, voz enmudecida, no hay remedio, aprendo a leer el silencio, paso los dedos sobre lo eliminado, lo borrado, lo tachado, lo ilegible, pongo rótulos sobre la nada, no llegan los mensajes y se me está durmiendo el corazón bajo el agua color Djuna Barnes.
Cada día quedamos menos.

Ora pro nobis.




12 comments :

Arantza G. dijo...

Y si rompemos la pared que encierra nuestra memoria para que salga a ver la luz mientras el anciano se va al club a echar una partida de cartas.
E ignoramos la soledad que nos quebranta haciendo añicos todos los confesionarios...
Ufff! creo que me he puesto un poco anti...
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Arantza G., como tantos días, ingenuo, intento la poesía.
Alguien la leerá (si le da el tiempo y la mirada)
Alguien se quedará en lo que dice, pocos en cómo lo dice, muchos serán tan amables de volver mañana. Muchas gracias
Un beso.

mirada dijo...

Pedro, es una oración llena de ternura.
Gracias a ti, siempre.

Tempus fugit dijo...

Has conseguido que bata mi record de número de veces que he leído un post tuyo ( y no por no entenderlo a la primera, que ya me ha pasado, no te creas)

Hoy me ha parecido especialmente genial, de verdad.

un abrazo, magister magistrorum

cristal00k dijo...

Hay veces que tanto talento, me abruma Pedro. Hoy es una de ellas.
Tanto, que me dejas sin ganas de publicar.
Mis respetos.

gaia07 dijo...

Extraordinario rosario. Si la penitencia es contigo no sé si me convierta por un rato.
Los mensajes siempre llegan, aunque no sea a su primer destino. Créeme.
Aunque prefiero ponerme delante de unos ojos de mirada tierna y recitar mis propios misterios :-P
Un besazo de los que escandalizan ¡ahí queda eso!

Nikté dijo...

Lo intento de nuevo.
Error me dice: se ha duplicado.
Salgo, entro, bajo el ruido de la música, a veces es tan solo ruído. Te decía: cuando me acaricias el alma eres el mejor de todos los hombres, cuando no...(pocas)río.

Aquí no caben los besos que te daría

Pedro M. Martínez dijo...

Queridas mías, mis queridos amigos: los días pasan con más pena que gloria, con noticias que hielan las arterias del alma, con frío, lluvia y la primavera está más cerca, pero lejos.
Tú no eres Noemi (Campbell) lo sé, ni Bettie (Page).
Tú no eres Bradd, ni George (Clooney)
Yo no soy Sean, ni Pierce.
Pero tú eres tú y yo soy yo y eso es bastante ( ¿¡cómo bastante!? es todo
Por eso, aquí, que no se me ve la cara puedo decir lo que quiera.
Podemos.
Lo digo.

Mirada, tu ternura me inspira ternura y un beso desde la punta de mis dedos.
Siempre agradecido.

De cenizas que con tu poco tiempo (libre) me leas varias veces es un gran honor. Seguiré escribiendo así para que vuelvas.
Muchas gracias,
(Todo sea por seguir en tu parnaso)

Es trabajo cristal00k.
Y cariño.
Mis respetos a ti.
Y un beso.

Déjate de conversiones gaia07, atea mía, y vamos a querernos detrás del confesionario. Que nos arrullen los rezos de las beatas (tiene que ser excitante ¿a que sí?)
Te dejo mi mirada (se enternecerá en cuanto te escuche)
Besos y besos.

Duplicada Nikté, inténtalo, a veces sale a la tercera.
(Lo dice el refrán: a la tercera la vencida)(Que no sé lo que quiere decir)
Anda, déjate de músicas y ven, que te acaricio el alma (también) .
Besos apretados.

ybris dijo...

Vaya si me ha gustado, amigo Glup.
Y no sé cómo explicarte el porqué, pero voy a intentarlo.
Sé que quizás no se parezca a lo que tú tenías en mente o a lo que pretendías, pero la libertad del lector es así: la de hablar por impresiones.
Hace muchísimos años oí recitar el "Lanto por Ignacio Sánchez Mejías" de Lorca. El magistral recitador bordaba las campanadas del reloj detenido a las cinco de la tarde. Cuando llegó al final y su voz se elevó temblorosa de emoción:
"¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!"
sentí el dolor del poema en un instante detenido y retenido.
Cuando hoy te leo también mi memoria se queda detenida en aquellas -para mi tenebrosas- interminables letanías de las que sólo quedaba bajo su incomprensible ostinato la distancia entre la vida y el temor como el espacio que recorre un péndulo entre dos extremos simétricos.
Me voy quedando con palabras luminosas entre los golpes del escape de áncora del reloj de pared que aún sigo viendo en penumbras tras cincuenta años:
Abismo de relojes ondulados,
Sacrificio estéril de la paciencia descalza,
Retrato al carboncillo de una bella mujer,
El océano se extiende en un cuadro de la pared,
Manos extendidas decoran las paredes del pasillo,
Pongo rótulos sobre la nada...

Y al final la emoción contenida de la palabra exacta explota en ese
"cada vez quedamos menos".

Si no me hubiese gustado o si me hubiera parecido indiferente no te habría escrito lo anterior y te habría dicho -si acaso- algo por cumplir.
Pero me ha gustado porque me ha emocionado desde una memoria por siempre prisionera que los veteranos conservamos, con placer a veces, con dolor otras.

Me perdonarán otros que escribieron hoy que no haya sido capaz de salir de aquí antes de que mi tiempo disponible se acabara.

Un abrazo, artista.

Pedro dijo...

Anonadado ybris.
Y profundamente agradecido.

En este trabajo obcecado y absorto, de no mirar más allá de mis riberas, tus palabras son un límite, una raya amarilla desde la que no hay regreso.

Hoy, mi abrazo es el de un hombre humilde al que le han distinguido entre los otros, el de un hombre orgulloso que estrecha tu mano mirándote a los ojos y reconociéndote como hermano en el sentimiento.

No es frecuente, no, acostumbrado como estoy a que me rían las gracias, que alguien me lea el corazón. Y que lo diga.
Solo lamento no saber cómo expresártelo en toda su dimensión.
Muchas, muchas gracias.

Shandy dijo...

Pedro, un texto para leer con detenimiento, por lo que dices y por cómo lo dices. Hay sentimientos, emociones y percepciones tan intensas que son difíciles de expresar con el lenguaje cotidiano "Palabras que no sacian la sed de saber que hay detrás de la pared del alma". Sólo la poesía nos acerca al filo donde el matemático o el filósofo dan la espalda en silencio. Tus imagenes son difíciles de interpretar pero sugieren muy bien el dolor de la existencia del ser humano: la soledad, la deseperanza, la pérdida, los desencuentros, el temor a la locura, el extrañamiento ante nosotros mismos...
Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Shandy, a veces escribo sin saber ni lo que escribo
Ahora leo ese fragmento que destacas y me pasma haberlo escrito yo.
Coño, es muy profundo Palabras que no sacian la sed de saber que hay detrás de la pared del alma. y estoy aquí, como un capullo rompiéndome el alma para ganarme la vida, leches, tenía que estar debajo de un puente escribiendo poesías, todo el día, que trabajen otros.
Una limosnita…

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