Nueva semana
En este momento suena jazz: no hay melodía, solo notas, una miríada de diminutas sacudidas. No conocen el descanso; ¡un orden inflexible las origina y las destruye sin darles tiempo de recuperarse y de existir por sí mismas. Corren, se precipitan, me dan un fuerte puñetazo al pasar y se extinguen. Me gustaría retenerlas, pero sé que si pudiera parar a una, lo que me quedaría entre los dedos sería sólo un sonido bribón y extenuado. Debo aceptar su muerte; debo incluso desearla. Conozco pocas impresiones más fuertes o más crudas. (La náusea. //. Jean- Paul Sartre.)
Queremos irnos, todos, o casi todos, los de aquí, por acá o por allá, queremos vacaciones, paréntesis, desordenado crepitar humano, necesidad de sol, de nieve o de árboles, de silencio, de gritos, de otros, de estar solos, acompañados, de saltar al agua fría, a una bañera, a una cama, de estar al lado de otro/a y decirle ternuras, de hacérselas, de recibir mimos, de descubrir paisajes nuevos, de recordar los viejos, de tener tiempo para mirarnos dentro, de espejos, de barrancos, de lluvias intempestivas, de pasión, de frío en los dedos de los pies, de no tener tiempo para nada, de dulzura, de comer en el balcón o en el tejado, de desayunar en la cama, de hacer el amor en la hierba, en un museo, en el mar, en un armario, con la de siempre, con el de nunca, de hablar, de buscar pasos perdidos, de ponernos calcetines en las orejas, de escucharnos, de enfadarnos y volver solos, de ir solos y volver acompañados, de escuchar otra forma de decir, de olvidar, de tocar el violín, la tuba, armonía de acentos italianos, catalanes, franceses, dulces frases en euskera, en gallego, dureza alemana, inglesa, algunos rezarán, otros mirarán lo viejo con ojos nuevos, aquel se irá en bicicleta hasta Estambul, en Portomarín conocí a un peregrino que volvía de Jerusalén, queremos irnos, algunos, los que estamos en el ritmo, los que no soportamos ya tanta intensidad de días monótonos, tanto silencio y por eso gritamos, queremos volver y aún no nos hemos ido, queremos aquello a los que no sabemos poner nombre, queremos ser felices y en este curso aún no hemos llegado a la lección sobre la felicidad, queremos tantas cosas que la lista empieza ya, ay, me dejo muchos deseos pero se me escapa el avión a Madrid, tú a New York.
Queremos irnos, todos, o casi todos, los de aquí, por acá o por allá, queremos vacaciones, paréntesis, desordenado crepitar humano, necesidad de sol, de nieve o de árboles, de silencio, de gritos, de otros, de estar solos, acompañados, de saltar al agua fría, a una bañera, a una cama, de estar al lado de otro/a y decirle ternuras, de hacérselas, de recibir mimos, de descubrir paisajes nuevos, de recordar los viejos, de tener tiempo para mirarnos dentro, de espejos, de barrancos, de lluvias intempestivas, de pasión, de frío en los dedos de los pies, de no tener tiempo para nada, de dulzura, de comer en el balcón o en el tejado, de desayunar en la cama, de hacer el amor en la hierba, en un museo, en el mar, en un armario, con la de siempre, con el de nunca, de hablar, de buscar pasos perdidos, de ponernos calcetines en las orejas, de escucharnos, de enfadarnos y volver solos, de ir solos y volver acompañados, de escuchar otra forma de decir, de olvidar, de tocar el violín, la tuba, armonía de acentos italianos, catalanes, franceses, dulces frases en euskera, en gallego, dureza alemana, inglesa, algunos rezarán, otros mirarán lo viejo con ojos nuevos, aquel se irá en bicicleta hasta Estambul, en Portomarín conocí a un peregrino que volvía de Jerusalén, queremos irnos, algunos, los que estamos en el ritmo, los que no soportamos ya tanta intensidad de días monótonos, tanto silencio y por eso gritamos, queremos volver y aún no nos hemos ido, queremos aquello a los que no sabemos poner nombre, queremos ser felices y en este curso aún no hemos llegado a la lección sobre la felicidad, queremos tantas cosas que la lista empieza ya, ay, me dejo muchos deseos pero se me escapa el avión a Madrid, tú a New York.
16 comments :
Sí. Un montón de deseos para el largo fin de semana.
Ya nos contaremos los confesables.
A pasarlo bien
Yo me calzaría las botas de siete leguas y me iría lejos, o cerca, pero me iría.
Creo que hoy me bastaría con baldosas de colores para saltar, si raya no piso cojo el globo y aspiro el helio.
Besos y calcetín en la muñeca.
Por qué será esta necesidad de romper lo cotidiano?
Yo creo que todos, o casi todos, deseamos romper el día a día semejante, por algo inusual, o al menos distinto.
Será una de las necesidades de ser humano? viene con nosotros o nos la hemos creado?
Yo siento muy a menudo las ganas de romper ese ritmo cansino del diario, y a veces incluso desespero...
Me encantaría poder viajar más...maldito dinero y maldita ocupación.
Eso sí, me he puesto calcetines en las orejas.
Besos!
Äfrica
A mi esta vez me tira la montaña, los avetos, la nieve (espero encontrarla), pero a la vez que brille el sol, que no haga frío y que no haya muchas aglomeraciones de gente, ni tréfico en la carretera... mejor sigo soñando, ¿no?
Besos, glup, glup, glup...
Yo me voy a quedar , pero esta vez me quedo de viaje.Ojalá todo salga bien.
Besitos
Y eso que se dice; el viaje más largo es hacia nuestro interior.
El más demoledor también, si nos detenemos a comprobar las estaciones.
Por eso, creo yo, amamos los viajes convencionales; deseamos huir, pero es inútil.
Cierto; no hemos llegado a la lección más importante.
¿Resignarse a no llegar nunca?
En fin...
Que los dioses repartan suerte. O caramelos.
Un abrazo, Pedro.
Y si los disfrazamos, también los inconfesables, querido ybris.
Total, nadie se entera.
¿O sí?
Margot, si raya no te hace falta el helio, ansiosa.
Tú en el mago de Oz estarías feliz.(con el hombre de hojalata)(o con el león)
Y aquí (o sea ahí)
Besos.
Y besos.
Algo hay Äfrica, algo hay. Que sales a la carretera y los de abajo van para arriba y los de arriba para abajo. Que te vas a un aeropuerto y están llenos. Y los montes. Va así, son los tiempos.
Con calcetines en las orejas se lleva mejor, no se escucha la voz interior.
Besos, varios.
Tú quieres todo Carmen, acaparadora.
Tráfico habrá, seguro.
Nieve no sé.
Pero –si te vas- pásalo bien.
Besos.
¿En qué quedamos? Churra ¿te quedas o te vas?
Sí, que todo te salga bien.
Besazos
Trenzas, los dioses están últimamente muy ocupados, no reparten nada, o muy poco.
Por eso hay que buscarlo dentro.
A veces lo encontramos.
A veces es peor.
Ay.
Pero, nada, seguimos, un abrazo.
Próxima parada Estambul
Se ruega a todos los que han llegado hasta aqui en bici que las dejen debidamente aparcadas en el andén, el resto del camino, se hará a pie.
Besos de la morería
¿Y tú que quieres?
Kaixo...poco más, si querés asentos...pues nada, alguno tengo en el bolsillo, espera que miro.
Ahá, el catalán, el inglés, el alemán (sabré pronunciar, pero entender no, ya ves tú qué cosas)...y porque no me he puesto con el swahili (o como se escriba).
Kepa de mi corazón, no existe la felicidad esta que nos venden, que ya lo sabes dices, lo imaginaba, pero me hacía ilusión, que una esta orgullosa de lo que ha aprendido a lo largo y ancho de las hostias recibidas.
Y a todo esto...queremos lo que no tenemos, vale...¿y? pues yo quiero un pony, y un piano, debilidad por las pés.
Si tener tengo de todo, una estrella que me guia y una flor en el culo, como dice mi madre (parece mentira que me lo ha limpiado tantas veces...).
Otro besito, bueno, un beso, qué digo, un BESO, pero aunque grande es escurridizo, atrápalo y será tuyo para siempre!!
Nikté, es curioso, hace exactamente un año estaba en Estambul.
No fui en bici (no cabía en el maletero del avión).
Volví fascinado.
Y sigo.
Besos de moro moreno.
Maduixeta la pregunta ¿venía de serie?
Si se te ha ocurrido a ti solita, te la contesto: todo.
Para concretar más dejo aquí cada día lo que quiero.
A veces también lo que no.
Es una buena forma de saberlo.
Me ha gustado mucho tu comentario.
Me gusta como (parece que) eres.
Y te agradezco mucho, mucho, los comentarios.
El BESO corre y corre, para un poco.
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