Y no (no)
Antes de ser ninguneado por FB los pródigos “me gusta” que recibía (allí) ayudaban
en cierta medida (a los que no recibo aquí),
no demasiado, no me lo creía, no había crítica, todo era dulce, amable,
de una exquisita corrección.
Y no.
Los que vienen, los que van, los que dicen, toda la parafernalia esa de las visitas, no, no es exacto. Ese decorado simplemente oculta la realidad, estamos desnudos en un escenario. Lástima que el teatro está vacío, no se vende ni una entrada, los aplausos están grabados, está vacía hasta la concha del apuntador.
Y no.
Esto es una noria donde se repiten historias, argumentos, modas, instantes, no hay novedad, se confunde la calidad con la caridad. Esto es un ombligo gigantesco que se come todo lo que se pone por delante, un ombligo monstruoso que se alimenta del Sí.
Y no.
No.
4 comments :
Sí,
el eje de la noria va chirriando, es el paso del tiempo que va oxidando los metales.
Y sí,
giramos todos a la moda mientras contemplamos una realidad manipulada.
Y sí
todos atrapados en unas redes sociales que nada tienen que envidiar a las redes de alcantarillado.
Y sí
abandonados al "me gusta" de las ratas de las cloacas y a los detritus de la desinformación.
Y sí
colocando la punta del compás en el ombligo para trazar la esfera de la bola del mundo.
Y sí
el ombligo es cada vez más grande y de forma más indefinida.
Y sí
el teatro está vacío porque la escena ya está en la calle y en las aulas de los niñatos consentidos.
Salud.
Francesc Cornadó procedamos.
El paso del tiempo nos oxida por dentro en mayor proporción que por fuera (es decir lo que se ve).
Bien es cierto que hablo en mi caso que por dentro tampoco he tenido (nunca) nada destacable y por fuera lo mantengo a base de mancuernas y florines.
La realidad, eso sí, es esto con lo que nos damos de bruces, nos rompemos las gafas de no ver y vemos con los dedos lo que nos indican con el puntero ¿Qué letra es la de la izquierda en la segunda fila?
Las redes sociales son un peligro hasta que un día te expulsan. Coño y ahora ¿qué hago? A quién le cuento qué como, qué leo, lo listo que soy, lo de Marivi.
En Blogger, ya ves, los me gusta son ciencia ficción, bueno en realidad son pura ciencia, el personal sabe distinguir lo que le gusta. Eso debe ser. Pero está la moral, el auto engaño, mi abuela Lucía siempre me dijo que yo era el niño más guapo del mundo. Su madre (mi bisabuela) era ciega, la pobre, algo le quedó a mi abuela además del orgullo por su nieto que, por cierto, tiene una vista de águila (no es por presumir pero me lo dijo la semana pasada mi oftalmólogo, en serio).
Va, lo del ombligo. Es importante tener el ombligo limpio y dilatado, que se vea la profesional labor de la partera. Si no te quieres a ti mismo mal vamos, tampoco es cosa de quererse tanto que te atontes (no sé si es correcto ahora utilizar eso de atontar, mis disculpas si sí). En mi caso (perdón por hablar otra vez de mí pero como esta es mi página y de mi no habla ni dios, cuando puedo me aprovecho, la soledad es mu mala, es mejor pedir que de robar) me tengo tanto cariño que mi mujer me dice que me paso. Esas cosas, la confianza en uno, se forjan en la infancia ¿ves?, lo de mi abuela. No solo me lo decía mi abuela, me lo decían mis muchas tías (solteras entonces). Te repiten de niño que eres el más guapo que cuando creces, a nada que tengas espejos sabes que no es cierto y a la vez sabes que tampoco hay nadie que lo sea más que tú y, esto es lo bueno, también sabes que no hay nadie menos que tú y así vas por la vida que si no te la comes por lo menos no dejas que te coma.
Final, la calle está llena niñatos y niñatas con un preocupante índice de incultura, soberbia y bobería, etcétera.
Hace tanto que no recuerdo si, entonces, yo era igual.
Apenas sé cómo soy ahora.
Sé que estoy vivo y razonablemente feliz.
Saludos.
Muchísimas gracias por tu comentario.
Gracias por este post, la calidad vale mas que la cantidad..
Blog de Bea- recomendaciones, animes, juegos & más!.
Beatriz Lopes
Quid pro quo.
Manual de publicidad de (tus) blogs.
Capítulo Uno.
Honestidad.
La honestidad es una virtud moral que se caracteriza por la sinceridad, la honradez y la rectitud en las acciones, pensamientos y palabras. Implica actuar de forma coherente con los propios valores, diciendo la verdad, siendo íntegro y respetando a los demás y a uno mismo. Este valor es fundamental para generar confianza, construir relaciones sólidas y promover un ambiente de respeto y justicia en la sociedad. (vista creada con IA)
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